Los líderes de la OTAN no sólo aprobarán un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania, sino que también hablarán de manera firme con China.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, describió a China como "el principal facilitador de la guerra de Rusia contra Ucrania".
Beijing ha negado repetidamente haber suministrado armas a Moscú. Sin embargo, la alianza ha acusado a China de fortalecer la maquinaria de guerra de Rusia proporcionándole componentes críticos.
Según la evaluación de Estados Unidos, China es el principal proveedor de herramientas para maquinarias, microelectrónica y nitrocelulosa, que es fundamental para fabricar municiones y hélices de misiles y otros artículos de doble uso que Moscú utiliza para fortalecer su base industrial de defensa.
Los países de la OTAN consideran que el comportamiento de China durante la guerra en Ucrania es una prueba de que Europa no puede darse el lujo de ignorar el desafío que plantea Beijing.
Según un alto funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos, la alianza está ahora "centrada como un láser en la relación entre China y Rusia".
Meses atrás, Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, dijo en una reunión de ministros de Asuntos Exteriores en Praga, que el apoyo de China "hace una gran diferencia en este momento en el campo de batalla".
Añadió que el hecho de que China pretenda buscar mejores relaciones con los países de Europa y, al mismo tiempo, alimentar la mayor amenaza a la seguridad de Europa "no tiene sentido".
Este es un gran giro para una organización que tradicionalmente se ha centrado en la seguridad en el área transatlántica.
A decir de Liselotte Odgaard, investigadora del conservador Instituto Hudson de Washington, las cosas han cambiado. Este cambio comenzó durante el gobierno del expresidente estadounidense Donald Trump y "despegó en Europa", recuerda.
Odgaard señala que Estados Unidos consideró durante mucho tiempo a China como la principal amenaza a sus intereses de seguridad. "Pero han convencido a Europa -y han empujado a los europeos- a ver que China también es un problema para ellos y para todo el sistema de alianzas de Estados Unidos", explica.
Muchos en Europa parecen reconocer ahora que los aliados de Estados Unidos en Asia y Europa enfrentan algunos de los mismos desafíos. "Y a medida que Rusia y China cooperan, es necesario reflejar esa cooperación fortaleciendo la cooperación europea con socios asiáticos", agrega Odgaard.