El presidente de Rusia, Vladimir Putin, prometió tomar represalias contra Ucrania tras el ataque masivo con drones lanzado el sábado contra Kazán, la capital de la República de Tartaristán, situada a más de 1 mil kilómetros de la línea del frente.
Kazán, con 1,3 millones de habitantes, es la octava ciudad más poblada de Rusia y albergó recientemente la Cumbre de los BRICS. "Por mucho que intenten destruir algo aquí, se enfrentarán a una destrucción mucho mayor y se arrepentirán de lo que intentan hacer en nuestro país", declaró.
El ataque, que fue llevado a cabo con decenas de drones, provocó daños materiales significativos en varios edificios, aunque no se reportaron víctimas mortales.
Aunque no está claro si los edificios residenciales eran el objetivo principal, un oficial ucraniano sugirió que también pudo haber sido alcanzada una planta de pólvora en Kazán, una instalación para la producción de explosivos y combustible para misiles, como los utilizados en los ataques rusos.
Andri Kovalenko, jefe del Centro para Contrarrestar la Desinformación en Ucrania, calificó la planta como "la columna vertebral" del complejo militar-industrial ruso.
En respuesta, el ministerio de Defensa ruso informó que sus baterías de defensa antiaérea interceptaron y destruyeron al menos 42 drones en varias regiones del país, incluidos Oriol, Rostov, Briansk, Kursk y Krasnodar.
Las autoridades locales de Kazán, por su parte, ordenaron el cierre de escuelas y suspendieron actividades no esenciales en la región mientras las autoridades investigaban los daños.
El ataque a Kazán se enmarca dentro de una ofensiva más amplia de Ucrania, que ha comenzado a golpear objetivos mucho más alejados de la línea del frente.
El domingo, drones ucranianos atacaron dos veces un importante depósito de combustible en el sur de Rusia, lo que provocó un incendio en la terminal petrolera de Stalnoy Kon, en la región de Oryol.
Aunque el incendio fue extinguido sin víctimas ni daños significativos, la acción resalta los esfuerzos de Ucrania por mermar las capacidades de Rusia para reabastecerse, a medida que el conflicto entra en una nueva fase de ataques a infraestructuras logísticas y energéticas.
Por otro lado, en un nuevo episodio de la escalada de tensiones, Ucrania acusó a Rusia de ejecutar a cinco soldados ucranianos desarmados después de capturarlos.
Rusia, por su parte, no ha respondido de manera oficial a la acusación, aunque hasta el momento ha negado cualquier implicación en crímenes de guerra en el conflicto.