El Parlamento alemán aprobó una histórica legislación que permitirá la posesión y cultivo de cannabis para consumo personal a partir del 1 de abril. Con 407 votos a favor y 226 en contra, la nueva ley representa un cambio significativo en la política de drogas del país y marca un paso hacia la liberalización de esta sustancia en Europa.
Según los términos de la regulación, los ciudadanos alemanes podrán obtener hasta 25 gramos de cannabis al día para uso personal a través de asociaciones de cultivo reguladas. Además, podrán cultivar hasta tres plantas en sus hogares para consumo propio. Sin embargo, la ley mantiene la prohibición del consumo y posesión de cannabis para menores de 18 años.
Esta medida busca abordar el aumento del consumo de cannabis adquirido en el mercado negro, ofreciendo una alternativa regulada y segura. El Ministro de Salud, Karl Lauterbach, respaldó la legislación argumentando la necesidad de poner fin a la situación actual, que carece de garantías sobre la calidad y composición de la droga.
A pesar del apoyo gubernamental, la nueva ley generó controversia. Miembros de la oposición, especialmente del partido conservador CDU, expresaron sus preocupaciones sobre los posibles riesgos para la salud de los jóvenes y criticaron la decisión como ideológica en lugar de basada en intereses nacionales.
La legislación dividió a la población alemana. Según una encuesta realizada por YouGov, el 47% de los encuestados se mostraron a favor de la nueva ley, mientras que el 42% se manifestaron en contra.
Alemania se une así a un grupo selecto de países que han adoptado medidas aprobatorias en cuanto al cannabis.
Países como Malta, Luxemburgo, Uruguay y Canadá han implementado políticas similares en Europa y América, despenalizando o legalizando su uso para consumo personal o terapéutico.
Esta reforma legal también tiene como objetivo combatir de manera más efectiva el narcotráfico, aunque ha enfrentado resistencia por parte de algunos sectores conservadores y del poder judicial.
Cabe destacar que en diciembre del 2013, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en legalizar el consumo, producción y distribución del cannabis. Otros de los países latinoamericanos como Chile, Colombia, Argentina y Perú, también legalizaron el uso terapéutico de la cannabis.