En un mundo donde la igualdad de género es un ideal aún no alcanzado, Antonio Guterres, el Secretario General de las Naciones Unidas, expresó su preocupación por la situación actual de los derechos de las mujeres.
En una declaración que resuena con urgencia, Guterres advierte que, a menos que se produzcan cambios significativos, la humanidad podría necesitar más de tres siglos para lograr la igualdad de género completa y erradicar prácticas nocivas como el matrimonio infantil.
Durante el Día Internacional de la Mujer, Guterres hizo hincapié en que los derechos de las mujeres están en peligro de sufrir un retroceso global. Esta amenaza no discrimina entre naciones desarrolladas y en desarrollo; es un fenómeno que se extiende por todo el planeta.
En algunos lugares, los derechos duramente ganados están en riesgo de ser revertidos, lo que pone en evidencia la fragilidad de los avances sociales y legales que se han logrado hasta ahora.
Las crisis globales, que van desde la pobreza y el hambre hasta los desastres naturales, los conflictos armados y el terrorismo, tienen un impacto desproporcionado en las mujeres y las niñas. Estas adversidades no solo perpetúan la desigualdad existente, sino que también amenazan con profundizarla.
Guterres subraya la necesidad de que los gobiernos de todo el mundo prioricen la igualdad de género y tomen medidas concretas para proteger y promover los derechos de las mujeres y las niñas.
La advertencia de Guterres es clara: si se mantiene el ritmo actual de progreso, la plena igualdad de género seguirá siendo una meta distante. Más alarmante aún es la proyección de que para el año 2030, más de 340 millones de mujeres y niñas vivirán en condiciones de pobreza extrema, superando en 18 millones a la población masculina afectada por la misma situación.
El llamado a la acción es urgente. La igualdad de género no es solo una cuestión de justicia social; es un requisito fundamental para el desarrollo sostenible, la paz y la prosperidad.