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En un intento por impulsar una tregua en el conflicto entre Israel y Hamás, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, realizó una visita desafiante a Tel Aviv el viernes 22 de marzo, marcando su sexta gira desde el inicio de la guerra en Gaza.
Su llegada coincidió con el rechazo en el Consejo de Seguridad de la ONU de una resolución presentada por Washington que pedía un cese inmediato de hostilidades.
Por lo que, en su encuentro con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el Secretario advirtió contra los aviones de una ofensiva terrestre en Rafah, al sur de Gaza, que dejaría a más de 1,5 millones de palestinos desplazados.
Debido a que la incursión propuesta por Netanyahu, según Blinken, solo aislaría a Israel aún más frente a la comunidad internacional.
Sin embargo, Netanyahu rechazó la petición de Blinken, argumentando la necesidad de erradicar a Hamás.
"Le he dicho que espero contar con el apoyo de Estados Unidos, pero si es necesario lo haremos solos", afirmó Netanyahu.
Aunque Washington ha expresado su apoyo al "derecho de autodefensa" de Israel, ha instantáneo a detener la operación en Rafah debido al potencial aumento de víctimas civiles.
Blinken subrayó que una incursión en Rafah no es la solución para vencer a Hamás y podría exacerbar la crisis humanitaria en Gaza.
Sin embargo, el país norteamericano planea presentar un plan alternativo la próxima semana para abordar la situación en Gaza, mientras una delegación israelí se dirige a Washington.
Mientras tanto, Blinken se reunió además con el ministro de guerra de Israel, Benny Gantz, y representantes de familias de secuestrados por Hamás.
El secretario de Estado resaltó la urgencia de una tregua para entregar ayuda humanitaria vital a Gaza, donde la población enfrenta niveles de alarma de inseguridad alimentaria aguda.
A pesar de los esfuerzos, se reconoce que aún hay mucho por hacer para cerrar las brechas entre las partes y poder alcanzar una solución pacífica en el conflicto bélico.