Adoptan Mandatarios de la ONU el ´Pacto para el Futuro´

Brasil reiteró su aspiración a una reforma del Consejo de Seguridad, adaptada a la nueva geopolítica global.

En un mundo enfrentado a riesgos catastróficos como guerras, cambio climático y pobreza, los líderes de los 193 países miembros de la ONU adoptaron este domingo el "Pacto para el Futuro de la humanidad". A pesar de la oposición de naciones como Rusia, Venezuela y Nicaragua, el acuerdo se logró tras semanas de arduas negociaciones. 

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, destacó que los desafíos actuales "deben ser resueltos con soluciones del siglo XXI".

Este ambicioso pacto contempla 56 acciones enfocadas en abordar los "mayores desafíos de nuestra época", incluyendo la paz, el derecho internacional, la reforma del Consejo de Seguridad, la arquitectura financiera mundial, el cambio climático, e innovaciones como la inteligencia artificial. "Es una caja de herramientas para reparar el mundo", declaró Guterres, quien se comprometió a trabajar por su cumplimiento hasta el final de su mandato.

Cabe mencionar que países como Rusia, Corea del Norte, Bielorrusia, Venezuela y Nicaragua manifestaron su oposición. 

El viceministro ruso, Serguéi Vershinin, expresó su descontento, afirmando que "nadie está contento con este texto". No obstante, el canciller alemán, Olaf Scholz, celebró el consenso logrado, destacando que a pesar de los intentos de Rusia por frenar el proceso, se pudo avanzar hacia un acuerdo.

Además del pacto principal, se aprobaron dos documentos anexos: la Agenda Digital Global y la Declaración para las Generaciones Futuras. 

Guterres instó a los líderes mundiales a pasar de las palabras a la acción, subrayando la importancia de implementar las soluciones acordadas. "Abrimos la puerta, ahora debemos cruzarla", enfatizó.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo un llamado a la valentía y la voluntad política para impulsar el cambio.

En su discurso, recordó que no se puede retroceder en la promoción de la igualdad de género, la lucha contra el racismo ni en la erradicación de las amenazas nucleares. 

Brasil, además, reiteró su aspiración a una reforma del Consejo de Seguridad, adaptada a la nueva geopolítica global.

Para el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, el Pacto representa una "hoja de ruta clara".  Sin embargo, advirtió que ahora es necesario movilizar los medios de implementación para cumplir con los compromisos.

Esta visión fue compartida por numerosos observadores que destacaron el logro de poner de acuerdo a casi 200 países, una tarea que requirió semanas de intensas negociaciones.

Organizaciones no gubernamentales como Human Rights Watch y 350.org destacaron algunos compromisos importantes en temas como la transición de combustibles fósiles, un punto que generó controversia y fue eliminado temporalmente del texto durante las negociaciones. 

Aun así, la ONG 350.org subrayó que la verdadera prueba será ver si los líderes mundiales logran traducir estos compromisos en políticas concretas.

A pesar de los elogios, el pacto no ha estado exento de críticas.

Según Richard Gowan, del International Crisis Group, el documento, aunque incluye algunas "buenas ideas", no es el tipo de "revolución" que algunos esperaban para reformar el multilateralismo global. 

Su contenido ha sido calificado por varios diplomáticos como "templado" o el "mínimo común denominador".

A pesar de estas limitaciones, algunos diplomáticos consideran que el Pacto para el Futuro es una oportunidad para reafirmar el compromiso con el multilateralismo en un contexto geopolítico complejo.