BRUSELAS, Bélgica.- El acuerdo migratorio alcanzado por el Jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, con su homólogo estadounidense, Joe Biden, supone un modesto alivio en el contexto de la crisis que experimenta la frontera norte de México ante la masiva llegada de personas en necesidad de protección internacional.
"Solo será un pequeño alivio y un mensaje a la opinión pública de que se hace algo que intenta dar respuesta al problema. El efecto más negativo es que se da argumentos a la opinión pública para creer que efectivamente se puede migrar de manera legal e incrementa la estigmatización de la inmigración irregular", dice a EL UNIVERSAL Pablo Pumares, Director del Centro de Estudio de las Migraciones y las Relaciones Interculturales (CEMYRI).
"Para que eso fuera verdad, haría falta generar un canal de grandes dimensiones y no creo que eso vaya a ocurrir".
En su reciente visita a la Casa Blanca, Pedro Sánchez acordó colaborar con Estados Unidos en los llamados centros regionales que establecerá, de momento, en países como Colombia y Guatemala. Allí las personas necesitadas de protección internacional, en lugar de emprender el peligroso camino clandestino hacia el norte, podrán comunicar que desean migrar a España.
"Para España puede ser una oportunidad para crear un canal de entrada legal apoyándose en infraestructura norteamericana, pero me inclino a pensar que los flujos gestionados serán modestos o pequeños según la coyuntura económica".
El plan de Biden no es algo nuevo para Europa. En respuesta de la crisis de refugiados de 2015, la Unión Europea apostó por la externalización de la problemática migratoria. Entre las medidas implementadas abrió centros de acogida, particularmente en Libia, para supuestamente gestionar las solicitudes de personas en riesgo en busca de refugio y que desean emigrar legalmente a la Europa rica.
Pumares sostiene que las políticas de relocalización y reasentamiento de solicitantes de asilo de la UE han tenido un desempeño bastante pobre porque en la práctica los países se muestran reticentes a acoger más refugiados.
Tampoco han arrojado los resultados anticipados por Bruselas debido a que ninguno socio comunitario quiere recibir a los refugiados que han llegado primero a otro, escudándose en el denominado Acuerdo de Dublín.
A diferencia del programa europeo, dirigido esencialmente a frenar la migración ilícita de África, el plan estadounidense podría verse favorecido por la propia agenda del migrante.
El también profesor de la Facultad de Geografía Humana de la Universidad de Almería, explica que las personas suelen marcar su destino por lazos familiares, conocimiento del idioma y la idea de que allí es donde les irá mejor, y "es verdad que España puede verse como una alternativa interesante para algunos latinoamericanos por el idioma y porque también hay muchas redes aquí".
Además, en el país Ibérico hay la percepción de que los latinoamericanos pueden integrarse más fácil que la sociedad y por tanto contribuir a la económica, lo que no ocurre con los migrantes originarios de África.
"Los solicitantes de asilo africanos tienen muchas más dificultades de todo tipo, tanto para hacer la solicitud, como para obtener algún tipo de protección. Como normalmente no hablan el idioma y tienen menos recursos y una mayor lejanía cultural serían los que necesitarán mayor atención. Pero, dada la escasa infraestructura de la que se dispone para acoger refugiados y que a los africanos se les considera más difíciles de integrar, toda la política migratoria se enfoca a desanimar su entrada en España".
"En este caso, puede haber mejor voluntad por parte del Gobierno español para recibir inmigrantes o solicitantes de asilo latinoamericanos, aunque no creo que en gran número y dependiendo de la situación del mercado laboral", puntualiza.
Diego Caballero Vélez, investigador del Centre of Migration Research de la Universidad de Varsovia, afirma que el pacto entre Madrid y Washington tiene que examinarse bajo la pregunta de ¿Por qué ahorita y no antes?
"No puede desentenderse del contexto electoral. Las elecciones generales están a la vuelta de la esquina y Pedro Sánchez quiere reforzar su perfil de presidente internacional que ejerce un papel de influencia en el contexto internacional", dice Caballero a este diario.
Además, refuerza la narrativa humanitaria y de migración segura, ordenada y legal promovida por el Gobierno español y dirigida a la base electoral de izquierda progresista.
También le favorece frente a la derecha crítica, en el sentido de que se muestra como un socio sólido de Estados Unidos. Asegura que ante las complicadas relaciones con Marruecos, Madrid podría requerir del apoyo de Washington.
En Europa también gana votos, posicionándose como contrapeso a la ultraderechista Giorgia Meloni en Italia, quien ha promovido un polémico decreto para limitar las operaciones de rescate en el Mediterráneo.
Al presidente del Gobierno español le viene bien el acuerdo considerando que asume la presidencia europea durante el segundo semestre del presente año. Aprovechará el timón comunitario para relanzar las relaciones con América Latina durante una cumbre en julio y reformar el pacto europeo sobre migración, un tema altamente sensible por las dinámicas nacionales.
El estudioso sostiene que el acuerdo con Biden no se hubiera producido si el mandatario socialista previamente no hubiera contado con el visto bueno de la Unión Europea.
Fue posible gracias a que el tema migratorio en la UE ya no es visto como un elemento meramente europeo, sino cada vez más como uno de dimensión exterior y de seguridad.
Asimismo, puede considerarse una evolución de la Cumbre de la OTAN celebrada en junio de 2022 en Madrid, donde por primera vez se colocó el tema migratorio en la agenda Trasatlántica.
"Este acuerdo puede ser una consecuencia del tipo de transformación que estamos viendo en la gobernanza de la migración, es decir, ya no estamos hablando de un tema de control de fronteras, sino de la aparición de actores muy importantes que están empezando a asumir un papel que antes no se veía", señala Caballero Vélez
¿De tinte electoral?
Acuerdo migratorio entre Sánchez y Biden
¿De tinte electoral?