Este sábado, los franceses residentes en América y en algunos territorios de ultramar ejercen su derecho al voto en la primera vuelta de las elecciones legislativas.
Esta votación precede a la que se celebrará el domingo en el territorio metropolitano francés.
Los ciudadanos franceses que viven en el extranjero, y que no pudieron utilizar el voto electrónico disponible hasta el jueves, tendrán la oportunidad de votar de manera física.
Los colegios electorales han abierto sus puertas en varias regiones, incluyendo San Pedro y Miquelón, un archipiélago francés en el Atlántico Norte cercano a Canadá, las Antillas francesas, Guayana Francesa y Polinesia Francesa.
Este año, encuestadores y políticos esperan una participación significativamente mayor que en las elecciones legislativas de 2022, en las que solo el 47,51% de los votantes acudieron a las urnas.
El voto electrónico para los residentes en el extranjero alcanzó una cifra récord de 410.000 votos, en comparación con los 250.000 registrados en 2022.
Este aumento en la participación se debe en parte a las potenciales consecuencias históricas de estos comicios, ya que, por primera vez desde 1997, las elecciones legislativas no coincidirán con las presidenciales.
El presidente Emmanuel Macron sorprendió a muchos al adelantar las legislativas, originalmente previstas para 2027, tras la victoria de la ultraderecha en las elecciones europeas del 9 de junio.
Macron, cuyo mandato finaliza ese mismo año, se enfrenta a la posibilidad de tener que compartir el poder con un gobierno de otro color político si su partido no logra una mayoría.
Según un amplio sondeo publicado el jueves, se proyecta una victoria del partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) y sus aliados con un 36% de los votos, seguido por la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) con un 29%.