La situación de seguridad en Haití continúa deteriorándose, con la Policía reportando enfrentamientos y abatimientos de miembros de bandas armadas en la capital, Puerto Príncipe.
A pesar de la renuncia del primer ministro Ariel Henry, la violencia persiste, con informes de saqueos a instituciones humanitarias y organizaciones como Unicef y el consulado de Guatemala.
Las acciones violentas, lideradas por bandas armadas como la de Jimmy Cherizier, alias "Barbecue", han desencadenado una serie de enfrentamientos con la policía y el bloqueo de carreteras en la capital.
Aunque las autoridades han implementado nuevas estrategias para recuperar el control de áreas ocupadas por estas pandillas, la situación sigue siendo tensa y peligrosa para los ciudadanos.
La crisis en Haití, exacerbada por la profunda crisis política y económica del país, ha llevado a una escalada de violencia que ha afectado la distribución de ayuda humanitaria y la atención médica.
La falta de seguridad ha dificultado los esfuerzos para abordar la creciente hambruna y la falta de acceso a servicios básicos, mientras que los saqueos a instituciones como Unicef y el consulado guatemalteco han provocado preocupaciones adicionales sobre la capacidad de respuesta humanitaria en la región.