La luz de Francisca Viveros Barradas, conocida mundialmente como "Paquita, la del Barrio", se apagó el lunes 17 de febrero a los 77 años. La cantante, famosa por sus canciones de desamor y su voz única, falleció mientras dormía en su hogar en Alto Lucero, Veracruz, estado que la vio nacer.
En honor a su legado, su vida fue conmemorada en Veracruz y en la Ciudad de México, donde se realizaron actos para recordarla con cariño y respeto.
El homenaje principal en la capital del país comenzó con un recorrido simbólico que reflejaba las calles de su vida. La ruta, compartida a través de las redes sociales oficiales de Paquita, partió de la colonia Juárez y recorrió la Avenida Paseo de la Reforma hasta llegar a la emblemática Plaza Garibaldi.
Este lugar fue un punto de encuentro habitual para la cantante, que siempre se sintió vinculada con los mariachis y la música tradicional mexicana. El cortejo también pasó por el Mercado Martínez de la Torre, otro sitio que Paquita solía visitar con frecuencia, conectando con la gente que la idolatraba desde hace años.
La última parada de este recorrido fue en Casa Paquita, un lugar simbólico en la colonia Guerrero, una de las zonas más tradicionales de la Ciudad de México. En este sitio, miles de personas se dieron cita para rendirle el último adiós, formando una multitud que le ofreció un emotivo homenaje.
La gente, entre carteles con frases dedicadas y flores blancas, mostró su respeto por la mujer que marcó una época con su música.
El ambiente en la colonia Guerrero, durante el homenaje, fue de fiesta y celebración. Contrario a lo que muchos esperaban, el evento no estuvo marcado por la tristeza, sino por una alegre celebración de la vida de Paquita.
En las inmediaciones de Casa Paquita, los asistentes comenzaron a cantar, bailar y aplaudir en lo que se convirtió en un verdadero huateque, como se reportó en redes sociales.
Una de las canciones que se dedicaron en este evento fue "Triste recuerdo", de Antonio Aguilar. Con esta pieza, los presentes expresaron el cariño hacia la cantante, evocando los sentimientos de desamor que Paquita tan bien sabía transmitir.