Cannes, Francia.- Nadie lo esperaba en Cannes, se sabía que con motivo del 75 aniversario del festival habría una serie de conversaciones acerca de cómo veían los realizadores el futuro del cine, pero era una actividad más de las cientos que se desarrollan en la competencia gala.
Sin embargo, este evento resultó ser el mayor regalo que el festival tenía guardado, pues como dijo el director artístico de Cannes, Thierry Fremaux, estas conversaciones serán grabadas y atesoradas en los años por venir, porque aquí se está sembrando la visión de lo que podrá ser el futuro del cine.
Para moderar la serie de charlas en torno a estas cuestiones el elegido fue Guillermo del Toro, quien con su gran sonrisa y el carisma que nunca lo abandona llenó la sala de prensa del Palacio del festival con sentido del humor, a la vez que puso sobre la mesa las reflexiones a las que se fueron sumando los otros realizadores presentes en la discusión como Costa Gavras, Paolo Sorrentino, Robin Campillo, Michel Hazanavicius, Kleber Mendoza, Claude Lelouch, Nadav Lapid y Gaspar Noé, así como el actor Mathieu Kassovitz.
"Hay un momento en el que estamos aquí y uno en el que ya no estaremos. Pero lo que tenemos que cuestionarnos cuando hablamos del futuro del cine es si estamos preguntándonos por el tamaño de la pantalla, o el de las ideas", dijo Del Toro.
"Si vemos el presente, la realidad es que todo el mundo está más ocupado que nunca. Todos están haciendo un comercial, un video, una película y siento que estamos produciendo más que nunca, pero viendo menos y eso tiene un precio".
Según el tapatío, el momento en el que el cine está es responsabilidad de los distribuidores, productores y cineastas.
"No tenemos que tener miedo y creo que, si todos acordamos que las cosas se han transformado ya, entonces sabemos que también podemos cambiar lo que viene. Si hay respuestas a todas estas preguntas el único lugar en el que podremos encontrarlas es en Cannes".
También mencionó que un género que puede ser la respuesta y que hay que apoyar más es sin duda el de la animación.
"Se piensa mucho como un medio sólo para niños pero la animación es maleable y maravillosa para plasmar cualquier cantidad de emociones", dijo.
Entre las preguntas más importantes estuvo el tema de si los grandes autores del cine deberían aceptar filmar o no con las plataformas digitales.
"Mi primer deber como cineasta es contar las historias. Hacer lo que sea necesario para que la historia se logre realizar y si una plataforma te da todas las herramientas necesarias para hacerlo, tienes que tener en tu mente ese deber con la historia, antes que nada. Así es que no se puede polarizar este tema como bueno o como malo. De hecho, esto es algo que podríamos seguir discutiendo mañana…", comentó refiriéndose a las charlas que seguirán realizándose los próximos días.
Otra cosa que apuntó Guillermo es cómo "lo que la pandemia nos enseñó es que para sobrevivir este tiempo los seres humanos necesitamos comida, medicina e historias, esas tres cosas nos sostuvieron".
Gael y Del Toro cantan bien las rancheras
Si hay algo que caracteriza a los mexicanos es que llevan la música por dentro, no importa si se trata de una simple reunión con amigos o del festival de cine más importante del mundo, donde hay un mexicano hay música y si no, él la hace.
Tal es el caso de dos de las estrellas más influyentes de México en Hollywood, Gael García Bernal y Guillermo del Toro, quienes no se aguantaron las ganas y en plena sala principal de proyecciones del Festival de Cannes, se aventaron un palomazo con puras canciones de José Alfredo Jiménez.
El llamado "Charolastra" fue el primero en tomar el micrófono y frente a las más grandes estrellas del cine internacional decidió, nomás porque sí, entonar las primeras estrofas del tema "Ella" ("Me cansé de rogarle"), causando sorpresa entre los asistentes.
Pero, tal y como se puede ver en los diferentes videos que ya circulan por las redes, la escena no terminó y ahí y tras la interpretación de García Bernal, el director ganador del Oscar se unió a su paisano y continuó con la canción causando la risa, el asombro y la admiración de todos los asistentes.