La disputa por el control de Warner Bros Discovery (WBD) dio un giro inesperado este lunes, cuando Paramount Skydance presentó una oferta hostil valuada en 108 mil 400 millones de dólares, buscando frenar el acuerdo que Netflix había asegurado apenas días antes. La jugada marca un último intento por construir un gigante mediático capaz de competir con el líder mundial del streaming.
El viernes, Netflix había salido victorioso tras semanas de intensa competencia, logrando un acuerdo de 72 mil millones de dólares por los estudios de televisión, cine y plataformas digitales de WBD. El pacto, que asciende a 82 mil 700 millones incluyendo deuda, contempla además una compensación por rescisión de 5 mil 800 millones en caso de que no se concrete. Sin embargo, el movimiento agresivo de Paramount vuelve a poner todo en duda.
La propuesta de Paramount —30 dólares por acción, superior a la oferta de casi 28 dólares de Netflix— llega después de varios intentos rechazados desde septiembre, en los que la compañía buscó consolidarse como una fuerza capaz de competir con Apple, Disney y Universal. En una carta enviada recientemente a WBD, Paramount acusó a la empresa de "abandonar un proceso abierto" para inclinar la balanza a favor de Netflix.
A esta tensión se suman preocupaciones antimonopolio cada vez más visibles. Legisladores de ambos partidos, sindicatos de Hollywood y analistas financieros advierten que la fusión Netflix-Warner podría implicar precios más altos, solapamiento excesivo en contenidos y despidos masivos. Morningstar incluso señala que la empresa combinada vería caer sus ingresos por streaming a menos que Netflix aumente precios o mantenga plataformas separadas.
La Casa Blanca también observa de cerca. El presidente Donald Trump declaró que la posible alianza "podría causar problemas de cuota de mercado" y aseguró que tendrá voz en la aprobación. Reportes indican que, en noviembre, Trump se reunió con Ted Sarandos —co-CEO de Netflix— y le subrayó que Warner debía venderse "al mejor postor".
Para Netflix, el atractivo principal consiste en obtener control total del catálogo de WBD, lo que reforzaría sus ambiciones en videojuegos, entretenimiento en vivo y nuevos ecosistemas de consumo. Pero con la ofensiva de Paramount y el escrutinio regulatorio intensificándose, el futuro del acuerdo vuelve a estar en el aire.