La guerra legal entre Miguel Bosé y su expareja, Nacho Palau por la custodia de sus hijos ha llegado a su fin, luego de que el Tribunal Supremo de España diera la razón al cantante al no reconocer la paternidad de los cuatro menores que procreó, por gestación subrogada, durante su relación con el escultor.
De acuerdo con medios internacionales, en la sentencia se afirma que como los pequeños no tienen ningún lazo consanguíneo, ya que recordemos que tan solo dos de ellos son biológicamente hijos del intérprete de "Bandido", no hay ninguna razón que lo obligue a asumirse como su padre, o por lo menos no legalmente.
Aunque sí reconocieron el lazo afectivo que existe entre los niños, detallaron que éste no es un factor a favor de Palau: "Con independencia de las circunstancias del nacimiento de los hijos o del sexo de los progenitores, no es suficiente para establecer una filiación el mero vínculo socio-afectivo de los menores entre sí y con quien fue la pareja de su respectivo padre", se puede leer en la resolución.
Fue en 2020, cuando la relación sentimental entre ambos españoles llegó a su fin, que Nacho se presentó una petición a la corte para que tanto él como Bosé finalmente declarara como los padres legales de los cuatro niños, es decir, que él fuera reconocido como el padre de los hijos de Bosé y viceversa, argumentando que siempre habían vivido juntos.
Por lo tanto, los hijos de Palau seguirán con su residencia en Valencia, mientras que Bosé y los otros dos pequeños, seguirán viviendo en México y no tendrán ninguna obligación de verse ni convivir entre sí.
El famoso cantante y el escultor se conocieron cuando el primero tenía 37 años y el segundo 19. En 2011 y tras varios años juntos decidieron convertirse en padres mediante "vientres de alquiler", pero en 2018 anunciaron su separación y con ello el fin de su familiar