JLo rechaza vivir en la mansión que compró con Ben Affleck

La mansión de Beverly Hills se convierte en su principal angustia

Parece que solicitar el divorcio a Ben Affleck no es la única decisión complicada que Jennifer Lopez ha tenido que enfrentar en los últimos meses. Ahora, la mansión de Beverly Hills que compró en mayo de 2023 por 60 millones de dólares, se convierte en su principal angustia. Dicha propiedad, que durante casi dos años fue su hogar junto al actor, es un doloroso recordatorio de que su relación ya no existe.

Reciente se ha reportado que la cantante considera que la mansión es "simplemente demasiado grande", además, la cantidad de recuerdos que formaron hacen que su estadía sea incómoda y abrumadora. Recordemos que fue hace dos semanas cuando la intérprete de "On the floor" tomó la decisión de poner fin a su matrimonio al presentarse en el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles.

JLo marcó el 26 de abril de 2024 como la fecha de su separación; sin embargo, la pareja se rehusó a informar sobre el estado de su matrimonio hasta cuatro meses después, una situación que derivó en un mar de rumores y especulaciones, mismas que han resultado dolorosas para la cantante, quien aseguran se siente traicionada y decepcionada.

En contraste con la angustia de la actriz, Ben Affleck parece haber encontrado cierto consuelo en la compañía de sus hijos y sus recientes apariciones públicas, como su cena en un restaurante de Los Ángeles con su amigo Matt Damon en donde se veía muy sonriente, revelan a un hombre que no pareciera afectado por su separación.

El distanciamiento entre la pareja se hizo evidente por primera vez durante su luna de miel en Italia. Lejos de ser la celebración idílica que ambos esperaban, el viaje se convirtió en el punto de partida de sus problemas matrimoniales.

Lo anterior debido a la constante presencia de los paparazzi y la invasión a su privacidad que afectaron notablemente a Affleck, quien parecía incómodo y molesto durante sus días en Europa. La desilusión del actor con la atención mediática exacerbó las tensiones y, aparentemente, contribuyó a la eventual ruptura.

Esta incomodidad con la fama y estar constantemente bajo los reflectores no era algo nuevo para Affleck, quien había estado lidiando con su propia batalla contra el alcohol y una vida marcada por la alta exposición mediática.