CIUDAD DE MÉXICO, febrero 8 (EL UNIVERSAL).- Todo tiene su ciclo de vida y tras 16 años de estar en el mundo cinematográfico, el de Toto y sus amigos, llega a su fin.
"Huevitos congelados", ahora en ViX+, es la última historia de la saga iniciada en 2006 y que ha contabilizado más de 10 millones de boletos vendidos, recaudado en taquilla cerca de 500 millones de pesos y estrenado algunas entregas en EU.
"Pero ya no tenemos más para Toto ahorita, es tiempo de alejarnos, tomar distancia y buscar otras cosas", dice Rodolfo Riva Palacio, quien junto con su hermano Gabriel, han estado en la dirección de los filmes.
Si la primera ("Una película de huevos") giró sobre la niñez de Toto, la segunda ("Otra película de huevos y un pollo") tuvo como tema la adolescencia y, en la tercera ("Un gallo con muchos huevos"), se tocó la vocación.
"Huevitos al rescate", que se estrenó el año pasado, mostró el nacimiento de una familia y ahora, "Huevitos congelados", indudablemente tocará la muerte.
En la nueva aventura, con las voces de Bruno Bichir, Carlos Espejel y Angélica Vale, el ahora gallo debe viajar al Polo Sur para devolver un pequeño oso capturado por humanos.
"Es la más dramática que hemos hecho, pero también es la culminación familiar en todos los sentidos. Hay una escena muy importante porque es la motivación para que Toto decide arriesgar su vida por un desconocido. Esta película es el cierre de ciclos", señala Gabriel.
Y durante este tiempo ¿todo ha sido miel sobre hojuelas?. Ambos creativos responden a EL UNIVERSAL.
¿Qué les decían los posibles inversionistas hace casi 20 años, cuando trataban de hacer la primera película?
Rodolfo: Que México no tenía tradición en la animación, que los dos intentos loables que se habían hecho, Magos y gigantes e Imaginum (ambas de Ánima Estudios) no les había ido bien. Pero entonces tuvimos una serie de factores que se combinaron: Argentina estaba pasando por una crisis grave y los precios (en animación) bajaron y pudimos meterlo en el presupuesto, luego llegó Sergio Mayer (el actor) y aportó inversionistas. Y Fidecine, después de 10 intentos, nos dijo que sí.
¿Han pensado en tirar la toalla, dado lo complejo de la animación?
Gabriel: ¡Cada 15 días!. Ese pensamiento y estar a punto de quiebra, es el modus operandi de las empresas mexicanas medianas y chicas como es Huevocartoon. Es un milagro absoluto haciendo animación porque no hay continuidad y es una desventaja; los artistas crecen y se van a Francia, España, Canadá. Cuando los buscamos decimos que ofrecemos salario mexicano y un año de trabajo, pero allá son siete años porque hay proyecto tras proyectos, no hay manera de competir.
Antes de la primera, después de hacer 400 carpetas para Fidecine y no ser aceptados, le dije a mi hermano que nos olvidáramos de hacer cine, que la página iba bien y que nos dedicáramos a ella y licencias. Fue cuando me dijo: ok, una más y sino salimos, ya no hablaré de cine. Y salió (risas).
¿Les ha pasado accidentes como perder material o cosas así?
Gabriel: Durante la segunda (película) me fui a Argentina y me renunció toda la gente, me dio un derrame cerebral y salí adelante, pero eso me volvió un director que a todo decía que ante cualquier cosa, no habría problema y todo saldría.
Una madrugada, cuando estábamos haciendo la tercera (Un gallo con muchos huevos) me habló Nacho (Cásares, productor) para decir que fuera rápido al estudio. Resulta que habíamos despedido a una persona y cometido el error de dejar que acabara su trabajo en esa semana, pero entonces dejó programado que a cierta hora todo se fuera borrando. Por suerte el supervisor de CGI se quedó trabajando y se dio cuenta, desconectó todo y se perdieron siete teras de material, que era como 12 millones de pesos (la tercera parte del presupuesto).
Ese fin de semana fue irnos metiendo a las computadoras de los demás para ir rescatando material y se logró un 85% de lo perdido, lo demás se tuvo que hacer, pero fue muy estresante.
¿Por qué eligieron a huevos como personajes principales de su carrera?
Rodolfo: Fue lo que el servidor y los datos nos regresaban de lo que veía la gente. Inicialmente la idea era la página ‘ahuevotevasareir’ y entonces había superhéroes, mariachis y huevitos, vimos eso de que en los desayunos había huevos rancheros, divorciados y jalaron con el público. Al principio eran irreverentes y por eso no entraban al cine, para las películas se bajó el tono y funcionó.
-¿Se acaba Huevocartoon?
Rodolfo: No, ahora se divide en Huevocartoon como marca y Huevocartoon Familiy que va a seguir haciendo películas, que nada que ver con lo de ahorita. Digo, si se nos antoja "El viaje de Confi" (el huevo hippie de confetti, historia derivada de las películas), pero sería encontrar la historia adecuada y no antes de cinco años.