Fue en el año 2021 cuando la Reina Isabel II dio a conocer que los Duques de Sussex, el Príncipe Harry y Meghan Markle, optaron por desligarse de la Familia Real, emprendiendo una vida lejos de la corona en los Estados Unidos.
A dos años de esa separación, la pareja reveló que quiere que sus hijos pequeños, Archie y Lilibet sean reconocidos como parte de la realeza británica. Ello luego de realizar el bautizo de su hija en una ceremonia realizada en Montecito, California.
Tras el rito, la pareja dio a conocer que su hija será conocida como Princesa Lilibet, reconocimiento al que se referirán a la pequeña en el futuro.
Asimismo, luego del anuncio oficial, la página del Palacio de Buckingham actualizó y corroboró el nombramiento del niño de tres años y la niña de uno, a pesar de que la pareja no hizo mención de su primogénito como príncipe.
De acuerdo con medios especializados, Carlos III, la Reina Consorte Camila, William y Kate Middleton fueron invitados a la ceremonia, pero habrían declinado la invitación de asistir.
Fuentes cercanas aseguraron que, aunque se desconoce la fecha exacta en la que se emitieron, las invitaciones sí fueron enviadas por parte de Harry y Meghan.
La pareja ha tenido un gran número de rencillas con la Familia Real, ello tras su salida del Reino Unido, las denuncias públicas de racismo, las producciones de televisión en las que se representa el escrutinio público y, más recientemente, la publicación del libro de memorias del príncipe, “En la Sombra”.
En esta obra, Harry narra sus experiencias dentro de la Familia Real e indica haberse sentido fuera de lugar junto aquel grupo de personas.