Desde el 2011, los raperos Kendrick Lamar y Drake han mantenido una rivalidad que ha pasado de indirectas a enfrentamientos explícitos en sus últimos lanzamientos musicales, marcando un hito en la historia del hip-hop.
A pesar de una aparente tregua después del álbum "Dream" de Lamar en 2017, la disputa entre ambos artistas está más candente que nunca.
La relación entre Lamar y Drake se forjó en 2010, cuando Kendrick aún no había alcanzado la fama con su álbum "Section 80".
Drake, en ese entonces, parecía apoyar el ascenso de Lamar, incluyéndolo en su álbum "Take Care (Deluxe)" en la canción "Buried Alive Interlude".
La colaboración continuó con Kendrick invitando a Drake a participar en su aclamado disco "Good Kid Maad City", específicamente en la canción "Poetic Justice", fortaleciendo aún más los lazos entre ambos artistas.
Sin embargo, en 2013, la controversia estalló con el lanzamiento de "Control", donde Kendrick nombró a varios artistas contemporáneos y afirmó su lugar entre los mejores raperos de la historia.
Drake tomó esto como un desafío personal, dando inicio a una serie de respuestas y contrarespuestas a lo largo de los años.
El conflicto se intensificó con cada lanzamiento, con Kendrick criticando la supuesta dependencia de Drake en escritores anónimos en "King Kunta", y Drake desestimando las habilidades líricas de Kendrick en entrevistas públicas.
A pesar de breves momentos de calma, el enfrentamiento se reavivó recientemente con el lanzamiento de "Push Ups" por parte de Drake, seguido rápidamente por la respuesta de Kendrick en "Euphoria", donde por primera vez hace referencia directa a su rival.
La tensión alcanzó un punto álgido cuando Kendrick respondió con "6:16 in LA" apenas una hora después del lanzamiento de "Family Matters" de Drake, dejando a los fanáticos en vilo y marcando este enfrentamiento como uno de los momentos más importantes en la historia del hip-hop moderno.