CIUDAD DE MÉXICO, febrero 17 (EL UNIVERSAL).- El giro terrorífico que el director Rhys Frake-Waterfield dio a los adorables personajes de Winnie the Pooh en la versión "Sangre y miel" disgustó a cientos de fanáticos que se lanzaron contra el cineasta, pues este aseguró que recibió amenazas de muerte tras el estreno.
Los cuentos del osito amarillo son un clásico infantil reconocido en todo el mundo, que también inspiraron las películas del personaje principal de la historia: Christopher Robin.
Sin embargo, en "Winnie the Pooh: Sangre y Miel", el oso y su amiga Piglet se convierten en salvajes asesinos que aterrorizan a un grupo de estudiantes universitarios, además de Robin, quien regresa al Bosque de los Cien Acres cinco años después de ir a la universidad.
Si bien en un principio, la película causó expectativas entre el público, terminó recibiendo fuertes críticas y no faltó quien lo llevó a otro nivel.
Waterfield contó a la agencia AFP que había vivido una reacción violenta por parte de los fans: "Mira, esto es una locura, he tenido peticiones para detenerlo. He recibido amenazas de muerte. He tenido gente diciendo que llamaron a la policía", dijo.
A pesar de los comentarios, la película que se estrenó en México el pasado 26 de enero ahora tendrá un gran estreno en los cines internacionales, lo que representa una buena noticia para las ganancias de ésta ya que se realizó con menos de 100 mil dólares, de acuerdo con "The Daily Mail".
Respecto a ello, el director respondió que siempre creyó en su proyecto y aunque algunos no lo hicieron ahora considera que podría lograr algo mayor.
"Realmente creía en la idea. Otras personas no lo hicieron... y ahora todo va bien", expresó.
La nueva versión de los personajes fue posible debido a que los derechos de las historias de Winnie The Pooh pasaron a ser de dominio público en 2022.
Es decir, ahora cualquier persona puede utilizar los conceptos del oso infantil sin solicitar un permiso o pagar por los derechos.
Tras la muerte del escritor británico Sr. Milne en 1956, su esposa vendió los derechos de Pooh al productor Stephen Slesinger, quien a su vez los vendió a Walt Disney Company.
Aunque los derechos de los personajes originales ya expiraron, Disney aún tiene los derechos de autor de su versión del oso amarillo, además de las películas e imágenes asociadas, detalla "Daily Mail".
La ley estadounidense señala que la expiración de los derechos de autor inician 95 años después de que sale a la luz una obra. Los cuentos de Pooh se publicaron en 1926.