Despiden a Morricone de manera privada

La familia quería que el último adiós al compositor Ennio Morricone fuese íntimo acorde con la discreción que le caracterizó en vida

Roma, Italia.-  La familia quería que el último adiós al compositor Ennio Morricone, fallecido ayer a los 91 años, fuese íntimo acorde con la discreción que le caracterizó en vida. Y así ha sido, aunque algunos de los detalles de la ceremonia de despedida sí se han dado a conocer.

El autor de melodías inolvidables como la trilogía del dólar, Cinema Paradiso o La Misión, fue enterrado en el cementerio Laurentino, en la periferia sur de Roma, y solo asistieron su esposa Maria, sus hijos -Andrea, Giovanni, Alessandra y Marco- y sus nietos y otros pocos parientes, informan los medios.

El funeral y el posterior entierro han transcurrido con total discreción tal y como el maestro, siempre discreto en vida, había estipulado por escrito antes de morir: “Solo hay una razón que me anima a despedirme de todos así: no quiero molestar”, instó en su ya célebre carta de despedida en la que también daba la noticia de su muerte: “Yo, Ennio Morricone, he muerto”.

En las exequias, que fueron celebradas en la tarde de ayer lunes en la capilla del hospital romano en el que falleció, participaron unas cuarenta personas, entre familiares y amigos, como el director Giuseppe Tornatore y el abogado Giorgio Assumma.

Un amigo pronunció la “Oración de los Artistas” en honor a Morricone, creyente católico:

”¡Oh Señor de la belleza! Somos pintores, escultores, músicos, actores, bailadores, poetas, somos tus pequeños que aman vivir sobre las alas de la poesía para estarte cerca y ayudar a nuestros hermanos a mirar al alto a tu cielo y más profundamente, a tu corazón”, dice el rezo.

Y sigue: “Te pedimos por nosotros, por todos los artistas, haz que podamos ayudar a los hombres a descubrir algo de ti a través de nuestro arte”.

La música tampoco podía faltar. Sobre todo la compuesta por él. Y fue así como durante la comunión un organista entonó una de las bandas sonoras más célebres de las que creó en vida, la de la película La Misión (1986).

En el altar se exhibió una corona de flores de su equipo de fútbol del alma, la Roma.

Homenajes póstumos

A pesar de los deseos de discreción del oscarizado compositor, autor de las melodías para el cine más aplaudidas de la segunda mitad del siglo XX, su ciudad, Roma, ya piensa cómo homenajearle.

El ayuntamiento baraja poner su nombre al Auditorio de la Música, donde cada año tienen lugar eventos como el Festival de Cine de Roma, y además se pensarán distintos acontecimientos para conmemorarlo.

Las muestras de admiración no cesan. La Scala de Milán (norte), templo de la lírica mundial, anoche levantó el telón tras 130 días de suspensión por la pandemia y al término de la función sonó el tema de “Nuovo Cinema Paradiso” (1988) en piano y violoncelo.

En Roma, el director y actor Roberto Benigni, oscarizado por “La vita é bella” (1998), recibió ayer el premio Nastro d’Argento por su papel como Gepetto en “Pinocchio” y se lo dedicó a Morricone: “Hizo resonar Italia en el mundo con su música y genio”, celebró.

Entre muchos otros, el famoso cantante Adriano Celentano también recordó al maestro y en sus redes sociales valoró “la potencia” de su arte: “Cada una de sus composiciones es una piedra miliar en la historia de la música”, declaró.

Y la ciudad ha amanecido con un grafiti que lo glorifica mostrándolo con corona y un Oscar en la mano, obra de Harry Greb.