CANNES, Francia., mayo 21 (EL UNIVERSAL).- En una rueda de prensa abarrotada a la que asistió Martin Scorsese, Leonardo Di Caprio, Robert De Niro, Lily Gladstone y el Jefe Standing Bear, líder de la Nación Osage en la que se centra Killers of the Flower Moon -adaptación de la novela homónima de David Grann-, fue imposible esquivar las preguntas que conectan las injusticias y masacre de ese pueblo y esa época (1920) con las que ocurren hoy en día como la guerra en Ucrania.
Al ser preguntado por este conflicto, "del que ya se habla muy poco en el mundo", por una periodista de Georgia, el realizador neoyorquino no pudo dejar de pronunciarse, "obviamente me siento muy nervioso respecto a la agresión rusa. Miro toda el área y pienso que los jóvenes han olvidado lo que fue la Segunda Guerra Mundial porque las personas que la vivieron, la mayoría, ya no están. Y también hay que recordar la región de los Balcanes y lo que pasó en ella o lo que sucedió con Polonia cuando estaba el conflicto entre los rusos y los alemanes. Así que esa es una zona del mundo que siempre ha estado en disputa. Mi sentimiento, viniendo de un país en el que el sistema es el de una República que involucra la libertad de expresión, es que esto es algo que queremos evitar, no queremos vivir así.
En Occidente también tenemos muchos aspectos negativos como el consumismo, el valor de que el dinero es mucho más importante de lo que debería de ser, etcétera. Pero, aún así, siento que es importante el apoyar que al menos haya un intento de proceso democrático. Porque en el siglo pasado, en el periodo de los años 30´s, los valores de la democracia se debilitaron y entonces llegó el fascismo. Y ahora lo que es más profundo es que toca preguntarse cuáles son los verdaderos valores que nos importan en la vida y tengo que decirles que yo creo que la libertad de expresión es el más importante. Realmente. Y es verdad que no puedes gritar que hay fuego sino hay llamas, pero todos tenemos derecho a la libertad de expresarnos y de vivir una vida, que nunca es fácil, porque la vida no es así, pero que al menos transcurra en tiempos de paz", aseguró provocando los aplausos de la sala.
Robert De Niro interpreta al charlatán y abusador William Hale en este filme que gira en torno a los asesinatos en circunstancias misteriosas que sufrieron los miembros de la tribu Osage en el Estado de Oklahoma en los Estados Unidos en la década de 1920 y que provocó una importante investigación del F.B.I.
Respecto a cómo preparó su personaje y las motivaciones que encontró para interpretarlo, De Niro respondió con sinceridad, "no entiendo cómo mi personaje es capaz.... No entiendo mucho al respecto. Lo puedo interpretar porque sabes que la gente hace cosas así. Sabía que tenía que ser encantador porque es alguien que para lograr sus objetivos tiene que estar engañando a las personas. Pero creo que de algo de lo que nos volvimos mucho más conscientes después de lo que sucedió con George Floyd es de que existe un racismo sistémico. Y esa es la parte aterradora de ésto. Es la banalidad de la maldad, de la que hay que cuidarnos y que es algo que estamos viendo ahora. Ahora estoy leyendo un libro que se trata de los nazis que están intentando volver. No podemos descuidarnos porque este sentimiento peligroso de superioridad está ahí. Lo estamos viendo hoy en día. Como está pasando con Trump. Porque aún hay personas que creen que puede hacer un buen trabajo... ¡imaginen eso!", concluyó el actor que desató las risas en el estrado y en las butacas y que se ha caracterizado por su activismo en contra del expresidente republicano.
Leonardo Di Caprio, que también es productor de la película, no dejó de mencionar el privilegio y agradecimiento que siente al poder contar una historia que, "es tan importante y que nunca debe ser olvidada". También elogió a Martin Scorsese, "quién nunca deja de sorprenderme con su inmensa capacidad para contar la historia de forma tan verdadera y humana".