Un nuevo reconocimiento se suma al palmarés de Cate Blanchett, quien recogía la noche del viernes el premio César honorífico como homenaje a su larga y exitosa trayectoria en el séptimo arte. La protagonista de títulos como No mires arriba, El señor de los anillos, El curioso caso de Benjamin Button o Blue Jasmine recibió el galardón en el escenario de la sala Olympia de París, que acogía la 47ª ceremonia de estos premios presentada por Antoine de Caunes. Lo hizo sin contener las lágrimas de emoción, protagonizando una anécdota que destaca como una de las más divertidas de la velada y de la mano de una buena amiga, la intérprete gala Isabelle Huppert, quien destacó de ella la fuerza, la vitalidad y la audacia que ha mostrado en su extraordinaria carrera.
Tras una larga ovación en la que no paraba de dar las gracias, Blanchett, de 52 años, alzó la voz para pedir espontáneamente que pararan y pronunciar su discurso, que llevaba escrito en un papel. El silencio se apoderó de la sala mientras los espectadores reaccionaron con gran sentido del humor al grito de silencio de la premiada. "Gracias de corazón. Es difícil hablar de otras cosas que no sean la situación en Ucrania, pero estamos aquí para celebrar el cine. Por lo tanto, me gustaría expresar mi agradecimiento a la Academia. Es un auténtico privilegio recibir este César de manos de mi amiga Isabelle, que representa el cine francés”, comenzaba a decir. “Siempre he admirado la capacidad del cine francés para ser amado y celebrado a escala nacional, no siempre es así en todos los demás países", añadía.
La intérprete australiana no fue la única protagonista de esta gala dedicada a los actores Jean-Paul Belmondo y Gaspard Ulliel, este último fallecido recientemente en un accidente de esquí. A lo largo de la ceremonia, en la que hubo numerosas sorpresas, homenajes y emociones, se entregaron diferentes premios. Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, estaba nominada al César a la mejor película extranjera, pero finalmente el manchego no pudo ganar su quinto César puesto que la elegida en esta categoría fue El padre, largometraje del francés Florian Zeller protagonizado por Anthony Hopkins y Olivia Colman.
La gran triunfadora de la velada fue Las ilusiones perdidas, adaptación de la novela de Honoré de Balzac dirigida por Xavier Giannoli. Este trabajo se llevó los premios a mejor película, mejor actor revelación (Benjamin Voisin), mejor actor secundario (Vincent Lacoste), mejor fotografía, mejor adaptación, mejor vestuario y mejor decorado. El premio a mejor dirección fue a parar a Leos Carax por Annette, título que también fue elegido en las secciones de mejor montaje, sonido, banda sonora original y efectos especiales. Por su parte, Benoît Magimel y Valérie Lemercier se llevaron el César a mejores actores y se premió la primera producción de Vincent Maël Cardona, Les magnétiques.
Un Goya y un proyecto en marcha con Almodóvar
Este mes de febrero está siendo muy intenso y satisfactorio para Cate Blanchett. Hace solo dos semanas viajaba al Palau de les Arts de Valencia para recoger el primer Goya Internacional de manos de Penélope Cruz y Pedro Almodóvar. Precisamente al lado del cineasta español va a trabajar en Manual para señoras de la limpieza, basado en el libro homónimo de Lucia Berlín que incluye diferentes historias que él se ha encargado de adaptar. Ambos se conocieron hace dos décadas y desde entonces han dejado la puerta abierta a unir sus talentos, una posibilidad que ahora va a hacerse realidad puesto que ya han comenzado a trabajar en ello. La actriz, que tiene cuatro hijos con Andrew Upton, no ha dejado de encadenar proyectos desde aquella primera oportunidad que le llegó de manera casual durante una estancia en Egipto en la que un huésped del hotel en el que estaba le ofreció ser extra en un largometraje.