CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 11 (EL UNIVERSAL).- El artista más esperado en el Festival Arre fue Peso Pluma, intérprete que fascinó al público capitalino con la energía que inyectó en cada uno de sus corridos tumbados que pusieron a cantar a todos los asistentes a la curva cuatro del Autódromo Hermanos Rodríguez.
En contraste con los primeros shows del domingo, en donde se veía poca gente en los alrededores del escenario principal, cuando Peso Pluma estaba listo para arribar al escenario, el público se juntó para ver a su ídolo quien con su carisma encantó a los presentes.
Con gorra, collares y ropa negra, el cantautor de 24 años arribó al entarimado dispuesto a elevar los ánimos de todos durante la madrugada de este lunes y algo que resaltó es que con este show cumplió uno de sus sueños, cerrar un festival de música.
Muchos fueron los temas con los que sus fans levantaron celulares para documentar la de dople P y con los que corearon a todo pulmón, como por ejemplo, su más grande éxito "Ella baila sola", que incluyó casi al último.
Pero también sonaron piezas como "Rosa pastel", "En mi mundo", "Nueva vida", "El belicón", entre otras que se escucharon mientras diversos fuegos artificiales iluminaron el cielo y el escenario se pintaba de diferentes colores.
No hubo un momento en que los 70 mil asistentes no cantaran los corridos que sonaron con el intérprete quien tuvo algunos duetos como en "Bipolar" y "Lagunas" que invitó a Jasiel Núñez.
Mientras que en "El gavilán" y "Siempre pendientes" hizo dupla con Luis R. Conriquez quien dijo fue su padrino quien estuvo con él al principio de su carrera, mientras que después cantó reggaetón al lado de Yng Lucas para cantar "La bebé"
La euforia se multiplicó cuando en varias ocasiones "la doble P" se bajó del stage para saludar de mano y cantarle al oído a varios admiradores que no paraban de gritar por su compositor.
A este show asistieron personas de todas las edades, incluso bebés, que estaban en brazos y niños de entre seis a 11 años, de los que la mayoría prefirieron dormirse en el pasto mientras terminaba el espectáculo.
Entre la multitud, hubo quienes disfrutaron el show sentados en los alrededores, ya sea en las áreas verdes, como en la zona de comida en donde había asientos. "¡Qué viva México!", rugió Peso Pluma antes de irse.
Sin duda este fue un cierre con broche de oro de un día maratónico lleno de baile, ambiente festivo parecido al de un palenque o una feria de pueblo, en donde la gente se pudo tomar fotos en un toro mecánico, un kiosco o bailar en un espacio que le rindió homenaje al salón California Dancing Club.
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