Ciudad de México/El Universal.- El expresidente Enrique Peña Nieto avaló el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sin que se hubiera incluido un mecanismo de resolución de diferencias, tema que estaba atorado en la negociación, y fue el equipo del entonces presidente electo Andrés Manuel López Obrador el que logró acordar sobre esa herramienta.
Así lo señala Jesús Seade, actual embajador de México en China, quien en ese momento fue el negociador designado por el ganador de la elección presidencial de 2018.
A días de que se cumplan tres años de vigencia del T-MEC, el próximo 1 de julio, responde a quienes critican su accionar que fue él quien consiguió incluir en el acuerdo un capítulo de solución de controversias efectivo, mejor al del entonces Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El equipo de Peña Nieto no lo logró y el entonces mandatario "firmó el acuerdo porque quería firmar algo", afirma Seade en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL.
Aunque se aprobó el T-MEC por los entonces gobernantes de las tres naciones, destaca que quedaban temas pendientes, como por ejemplo la solicitud de que se enviaran inspectores estadounidenses a México para revisar condiciones laborales.
"Eso de que el gobierno de López Obrador aceptó esto o lo otro, por favor, hay que ponerlo en contexto. Estábamos en una negociación abierta y los demócratas rechazaban lo negociado, no se había concretado ni ratificado [el tratado]. El gol mayor lo metió México a Estados Unidos", responde a las críticas.
Los goles consistieron en no aceptar inspectores y tener un mecanismo de solución de controversias, asegura Seade.
PROCESO TORTUOSO
Desde Shandong, el embajador recuerda que durante las negociaciones del T-MEC la instrucción de López Obrador fue "ayuda a que esto salga.
Cualquier cosa que veas que esté mal, me la traes a mí para discusión, pero apoya a que salga".
Uno de los principales objetivos del gobierno de Peña Nieto era acordar un mecanismo de solución de controversias que realmente funcionara, pero "Estados Unidos daba largas" a los entonces secretarios de Hacienda, Luis Videgaray, y de Economía, Ildefonso Guajardo, dice.
"Hasta que llegamos [como gobierno electo] al final de la etapa de noviembre de 2018, [EU] nos puso una condición para aceptar el mecanismo de solución de diferencias: sólo lo iba a aceptar si incluía una cláusula que dijera que el perdedor de un panel tenía derecho a vetar el fallo si considera que estuvo mal llevado el panel.
Guajardo dijo ´no lo podemos aceptar´ y nos fuimos a casa con las manos vacías", relata. Aunque se firmó el T-MEC, "estábamos en una negociación abierta" y el tratado "no tenía cómo entrar en vigor", pues su ratificación se complicó con la llegada de la mayoría demócrata al Congreso de EU, en noviembre de 2018, y se exigía la entrada de inspectores a México, señala.
Luego de la toma de posesión de López Obrador de la Presidencia, siguieron las negociaciones durante todo 2019, y Seade refiere que tuvo más de 100 reuniones con legisladores estadounidenses para explicarles que, en lugar de inspectores se podían realizar paneles para asegurar el cumplimiento de los compromisos laborales.
Destrabar la aprobación del tratado incluyó una reunión con Bill Clinton, en Las Vegas, donde lo convenció de apoyar para que los demócratas accedieran a ratificar el T-MEC, pues podía verse como logro bipartidista.
"Me prometió ayudar", expuso Seade. Recuerda que la coyuntura más difícil fue en octubre y noviembre de 2019, pero el presidente López Obrador "me dijo 'no vamos a ceder'" sobre los inspectores.
"Estaba en una posición de gran fuerza", afirma, y fue entonces que se rechazaron los inspectores para todos los sectores, permitiendo sólo los agregados comerciales y laborales, además de que se creó un mecanismo laboral de respuesta rápida.
Asimismo, agrega, para el capítulo de solución de controversias, se acordó el nombramiento de panelistas y pasos específicos para asegurar la conformación de un panel de diferencias