CIUDAD DE MÉXICO, enero 17 (EL UNIVERSAL).- Las tienditas, tianguis, ambulantes e incluso centrales de abasto no deben caer en la tentación de vender cigarros robados o de contrabando, porque la autoridad tomará acciones legales, advirtió el líder del Consejo para el Desarrollo del Comercio en Pequeños y la Empresa Familiar (Concomercio), Gerardo Cleto López Becerra.
Los cigarros, junto con vinos, licores, abarrotes y artículos de limpieza, son productos que roba el crimen organizado para venderlos en comercios informales e incluso formales, añadió.
"Por más tentador que resulte vender un producto ilegal que supuestamente les deja una utilidad mucho mayor, nunca será un negocio seguro, pues siempre el comerciante vivirá en la zozobra de que pueda ser sorprendido por la autoridad y enfrentar problemas; sin duda, lo mejor siempre será ir por la vía legal", expuso.
Añadió que además de ello, los comerciantes que vendan cigarros robados o de contrabando pueden ganarse el "desprestigio entre los clientes y la localidad, pues los consumidores que descubran que en un comercio establecido han sido timados al comprar un producto ilegal, les provocará desconfianza y molestia, por lo que muy probable no vuelvan a comprar en ese establecimiento".
Se estima que cerca de 20 de cada 100 cigarros son de procedencia ilícita, de acuerdo con el estudio de Oxford Economics "Consumo ilegal de Cigarros en México", recordó el líder de Concomercio.
La existencia de 20% de cigarros ilegales en el mercado mexicano afecta la recaudación del gobierno por más de 13 mil 500 millones de pesos.
López Becerra dijo que todo cigarro ilegal que se venda en los comercios puede sancionarse con una multa de 50 pesos por cajetilla ilegal que se encuentre en el establecimiento.
Añadió que hay una propuesta en el Congreso de la Unión para sancionar a quienes almacenen, vendan, enajenen o distribuyan cigarros ilegales.
Se estima que cerca de 20 de cada 100 cigarros son de procedencia ilícita
Negocios no deben vender cigarros robados
Se estima que cerca de 20 de cada 100 cigarros son de procedencia ilícita