Los mexicanos iniciaron el año colocando más capital financiero en el extranjero, debido a la incertidumbre en las políticas económicas, el temor de que su patrimonio sea vulnerado y otros factores, comentaron expertos a EL UNIVERSAL.
El Banco de México (Banxico) tiene registro de que, entre enero y marzo de este año, 3 mil 255 millones de dólares abandonaron el país mediante cuentas bancarias, depósitos e inversiones a nombre de mexicanos, lo que representa 64% de los recursos que los connacionales movieron al extranjero en todo 2022, cuyo monto fue de 4 mil 838 millones.
Banxico reporta que la banca comercial fue el principal vehículo para sacar esos recursos financieros. "Por lo general esos flujos los trasladan a cuentas en Estados Unidos por el tema del secreto bancario y la confidencialidad de los datos", expuso Alejandro César López Bolaños, académico de la UNAM.
Durante 2020, cuando comenzó la pandemia por Covid-19, destacó que había 18 mil 758 millones de dólares de cuentas de mexicanos. Hizo ver que en esto influye cómo se leen los tiempos económicos y políticos.
El retiro de capital responde a diversos factores, como la incertidumbre en las políticas, los riesgos en las inversiones o alguna otra situación que ponga en vulnerabilidad el patrimonio.
Si se hace una lectura en general de todo lo que está sucediendo en la economía mundial, tanto en la era posterior a la pandemia, como las expectativas de inversión y rentabilidad y las medidas que han adoptado los bancos centrales subiendo sus principales tasas de interés para frenar la inflación, hay razones suficientes para que los flujos financieros se vayan moviendo de forma aleatoria y de manera especulativa no sólo aquí, sino en el resto del planeta.
Ello responde al comportamiento de mercado inestable y volátil en el que las tasas de interés y medidas de política económica y monetaria provocan que esos recursos se desplacen, dijo.
Además del capital que retiraron los mexicanos, inversionistas extranjeros hicieron lo propio en los mercados financieros nacionales. La directora de análisis económico de Banco Base, Gabriela Siller, dio a conocer que, desde que comenzó el año y al cierre del 26 de mayo, han salido 70 mil 653 millones de pesos en inversión de cartera o capital golondrino, de los cuales 88.4% se retiraron solamente durante el mes pasado.
Se trata de posiciones que tenían extranjeros invertidos en deuda del gobierno federal.
López Bolaños refirió que en 2021 hubo un récord en la salida de capitales, pero a partir del último trimestre de 2022 regresaron los capitales especulativos.
Dijo que ese tipo de capitales no necesariamente son productivos porque no generan infraestructura ni empleos. Sin embargo, contribuyen a estabilizar las cuentas externas del país y medianamente en el financiamiento del sector público, porque son recursos que se colocan en los mercados financieros que se invierten en bonos del gobierno federal o empresas que les dan una rentabilidad o una tasa de interés.
No obstante, advirtió, son muy volátiles y se pueden fugar en cualquier momento del país ante situaciones que los inversionistas puedan leer como riesgosas.
De ahí que no son recursos con los que se puedan construir políticas públicas o de desarrollo a largo plazo, matizó.
Están aquí, ponderó, para obtener una rentabilidad financiera y estabilizar de manera esporádica las cuentas externas, particularmente la balanza de pagos.
Quiebra bancaria
La decisión de los inversionistas mexicanos y extranjeros para sacar sus recursos estuvo enmarcada por una recuperación de la economía mundial, pero también por la incertidumbre ante la quiebra de algunas instituciones de crédito en Estados Unidos y Europa, así como la alta inflación.
También por el diferencial de tasas de interés en México y Estados Unidos, comentó el especialista de la UNAM.
Esto porque la inversión de cartera busca una rentabilidad garantizada, es decir, el pago por adquirir un papel o instrumento financiero a través de una tasa de interés determinada por Banxico o la Reserva Federal de Estados Unidos, enfatizó.
Para la institución que encabeza Victoria Rodríguez Ceja, el repunte de la actividad global habría sido impulsado por las menores presiones en los precios de la energía, un mayor avance en el desvanecimiento de las distorsiones en las cadenas de suministro y la eliminación de restricciones a la movilidad en China.
No obstante, señaló que la recuperación global fue heterogénea entre países y sectores.