Seúl.- Corea del Sur permanece en alerta luego de más brotes de peste porcina africana (PPA) en el país, al incrementar los esfuerzos de desinfección para enfrentar la mortal enfermedad.
El país confirmó nueve casos de peste porcina africana desde el 17 de septiembre, cuando se reportó su primer caso, destacó la agencia Yonhap.
El ministro de Agricultura, Alimentación y Asuntos Rurales , Kim Hyun-soo, informó que desde la víspera se levantó la prohibición de traslado para las granjas de cerdos, fábricas de piensos e instalaciones pertinentes, pero los esfuerzos de cuarentena todavía se están llevando a cabo para frenar más la propagación de la PPA.
Como parte de las medidas preventivas, las autoridades empezaron a sacrificar, el sábado, todos los cerdos en las granjas ubicadas en la comarca de Ganghwa, Incheon, al oeste de Seúl.
Ganghwa es considerada como la región más vulnerable, ya que allí brotaron cinco de los nueve casos confirmados de la enfermedad altamente infecciosa.
Un total de 38 mil cerdos están sujetos al sacrificio, con lo que llegará a casi 90 mil el número total de cerdos sacrificados o que serán sacrificados en todo el país, según el ministerio.
Tolas las partes de la provincia de Gyeonggi e Incheon, junto con la provincia vecina de Gangwon, han sido designadas como las zonas fuertemente controladas, sujetas a las operaciones de desinfección y controles más estrictos.
Mientras tanto, las autoridades de cuarentena están esforzándose para identificar el origen del virus mortal.
Todos los casos confirmados o sospechosos son procedentes de las áreas septentrionales de la provincia de Gyeonggi cerca de la frontera intercoreana, pero no se ha identificado aún una ruta de infección clara.
Aunque la PPA no afecta a los seres humanos, es sumamente infecciosa y mortal para los cerdos. Actualmente no hay vacuna ni cura para la misma.