Según el reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), durante el periodo comprendido entre octubre y diciembre del año pasado, el 37% de la población mexicana se encontraba en situación de pobreza laboral.
Esto significa que aproximadamente 37 de cada 100 personas no contaban con ingresos suficientes en sus hogares para adquirir la canasta alimentaria requerida para cada integrante de la familia.
Sin embargo, cabe destacar que estos datos no incluyen la información correspondiente al estado de Guerrero, el cual fue severamente afectado por el huracán "Otis", lo que podría haber influido en la situación económica de la región.
A pesar de esta situación, se observa una ligera disminución en la tasa de pobreza laboral con respecto al periodo previo, ya que entre julio y septiembre esta cifra se situaba en un 37.7%.
No obstante, el dato actual todavía supera ligeramente el 36.6% registrado en los primeros tres meses de 2020, justo antes de que la crisis sanitaria provocada por la pandemia impactara en la economía del país. Esta última cifra representa el nivel más bajo desde 2010, año en el que se comenzó a medir la pobreza laboral en México.
Analizando la situación por zonas, se observa que la pobreza laboral es más pronunciada en las áreas rurales, alcanzando un preocupante 50.1%, mientras que en las zonas urbanas esta cifra se sitúa en un 32.8%.
Esto significa que el porcentaje de personas en situación de pobreza laboral es 1.5 veces mayor en las zonas rurales en comparación con las urbanas.
Por lo que en estos datos reflejan la persistencia de desafíos económicos importantes en México, especialmente en lo que respecta a la generación de empleo y la distribución equitativa de los recursos.
En este contexto, resulta fundamental continuar implementando políticas públicas efectivas que contribuyan a mejorar las condiciones laborales y reducir la pobreza en todas las regiones del país.
La pobreza en el país sigue siendo una preocupación constante que afecta a millones de personas y familias en diferentes niveles y dimensiones.
A pesar de los esfuerzos por parte del gobierno mexicano y de diversas organizaciones, aún persisten desafíos significativos en términos de acceso a servicios básicos como agua, luz, entre otras oportunidades de empleo digno, educación de calidad y atención médica adecuada.