AXA IM prevé escenario económico desafiante para México y AL en 2024

Según el documento, se anticipa que las principales economías en América Latina, Brasil, Chile, Colombia y México experimenten una desaceleración

CIUDAD DE MÉXICO, enero 26 (EL UNIVERSAL).- Luego de que el año 2023 sorprendió por el buen desempeño económico y dejar atrás el riesgo de una recesión en Estados Unidos, 2024 inicia con perspectivas de una menor actividad, donde América Latina enfrentará un escenario desafiante enmarcado con varias elecciones en la región. De acuerdo con las perspectivas para 2024 y 2025 elaborado por el equipo de investigación macroeconómica de AXA Investment Managers (AXA IM), los ojos del mundo están puestos en la próxima elección en Estados Unidos y evaluando el panorama de inversiones a nivel global.
Según el documento, se anticipa que las principales economías en América Latina, Brasil, Chile, Colombia y México experimenten una desaceleración del crecimiento económico a 1.8%, en 2024, después de haber alcanzado 2.7% en 2023. "Factores como el crecimiento más débil en China, el riesgo de recesión en Estados Unidos y la caída de los precios de las materias primas son desafíos clave. Aunque se esperan divergencias significativas entre los países, con México y Brasil enfrentando desafíos, se prevé un resurgimiento en Chile y Colombia gracias a políticas monetarias más flexibles y menor incertidumbre política", explicó Luis López Vivas, economista para América Latina de AXA IM.
En ese entorno, destacó que los factores de riesgo se inclinan a la baja, con presiones climáticas como el fenómeno de El Niño, el cual puede incidir en el crecimiento en Perú y Colombia, elevando los precios de los alimentos. De igual forma, explicó, se esperan divergencias significativas entre los países, con México y Brasil a punto de sufrir una desaceleración.
En el caso de la economía mexicana, el crecimiento se verá obstaculizado por las débiles condiciones económicas en Estados Unidos, sin que hasta el momento las elecciones signifiquen un factor de riesgo, tanto en México como otros países de Latinoamérica. "2024 será un año electoral ajetreado con elecciones presidenciales en República Dominicana, El Salvador, México, Panamá y Uruguay, pero ninguna de ellas representa un riesgo significativo para sus perspectivas", explicó el especialista.
Posible regreso de Donald Trump a presidencia de EU, factor de incertidumbre
En el ámbito global, AXA IM resaltó que persiste la incertidumbre sobre la posición cíclica de las principales economías. Aunque las expectativas de recesión en Estados Unidos han disminuido, las recientes convulsiones económicas no han sido cíclicas.
De acuerdo con la firma, la inflación resultante no es producto de una economía sobrecalentada al final del ciclo, sino de la pandemia y respuestas políticas. Las perspectivas sugieren un crecimiento global del 2.8% en 2024, desacelerándose desde el 3% en 2023 y acelerándose al otra vez a 3% en 2025. Así, dijo que 2024 será crucial para la política global, con más de 2 mil millones de personas votando en elecciones, destacando las de la India en abril y mayo. Las elecciones en Estados Unidos, aunque inciertas, podrían tener un impacto global significativo.
"Es probable que la elección más importante para los mercados emergentes (y para el mundo) sea la elección presidencial de Estados Unidos. Si bien no estamos seguros de que será una repetición de la carrera entre Joe Biden y Donald Trump de 2020, todavía parece más probable en esta etapa. El regreso del presidente Trump tendría implicaciones internas en términos de ajuste de la política fiscal. Sin embargo, a nivel mundial su impacto potencial en los acontecimientos geopolíticos plantea la mayor incertidumbre: un retorno a las guerras comerciales, así como dudas sobre el apoyo a Ucrania e Israel", dijo David Page, jefe de investigación macro de AXA IM.
En cuanto al escenario de inversión, explicó que a visión central apunta a un rendimiento modesto basado en un crecimiento nominal moderado. La preferencia se inclina hacia la renta fija, especialmente en Europa, mientras que, en Estados Unidos, la dinámica entre bonos y acciones sugiere un menor atractivo para las acciones debido a la disminución de la volatilidad de las tasas de interés.