El italiano Jannik Sinner derrocó a Carlos Alcaraz en Wimbledon para ganar por primera vez en la Catedral, haciéndolo por parciales de 4-6, 6-4, 6-4 y 6-4.
El italiano dirigía desde el fondo, como a él le gusta, de lado a lado, con una colocación milimétrica, con precisión de cirujano. Era el partido que se había imaginado en su cabeza, el que había dibujado junto a Darren Cahill para vengar lo ocurrido en París.
El encuentro tuvo una duración de tres horas y tres minutos, donde Sinner demostró que a los grandes, las experiencias como la de París sólo les hacen mejorar, que no se estancan.
En el segundo y tercer set, desplegó el mejor tenis de su carrera en hierba, con un saque impoluto, ganando más de un 70 % de puntos con primer saque y permitiendo en los segundos sets solo un punto de ´break´.
Sinner, con nervio en su raqueta, salvó el 15-40 con un segundo saque a la línea y el segundo lo entregó Alcaraz con un mal golpe. Cuando más miedo tuvo Sinner, cuando más hacía faltaba ponerle presión, el murciano no pudo.
Es el primer italiano en ganar Wimbledon, el primero en derrocar a Alcaraz en una final de Grand Slam y el mejor del momento, en hierba, la última superficie que le quedaba por domar.
Ya tiene cuatro Grand Slams y ha ganado en Australia, Nueva York y Londres. Sólo le falta Roland Garros, donde estuvo a un punto de coronarse.
El italiano se embolsó 3 millones de libras (3.5 millones de euros) por conseguir el título.
Este es el premio más grande de la historia de los Grand Slams y supone que las ganancias del italiano, sólo en premios, se incrementen por encima de los 40 millones de euros.