El partido de octavos de final de vuelta en Avellaneda entre Independiente y Universidad de Chile, en la Copa Sudamericana, se tiñó de sangre.
Un grupo de aficionados del equipo chileno Universidad de Chile fue atacado por los barristas del equipo local, siendo eso primero dentro del estadio del Independiente y posteriormente también fuera del inmueble deportivo.
Hasta estos momentos se reportan 90 personas detenidas, 10 personas heridas y tres más están de gravedad, aunque no hay fallecidos.
Producto de los acontecimientos, la Conmebol decidió que ese partido se cancelara y no se juegue más, por lo que pronto se conocerá el veredicto final del mismo.
El partido se suspendió cuando estaba empatado a un gol y la Universidad de Chile tenía la ventaja en el global de un marcador favorable de 2-1.
Nestor Grindetti, directivo de Independiente, responsabilizó a la afición del club visitante de los acontecimientos.