Bien dicen que para ganar una Liguilla en el Futbol Mexicano hay que saber jugarlas de forma seria y siendo inteligente, aspectos que en Rayados con Antonio Mohamed existen de sobra, por lo que ahora están a dos juegos de igualar lo hecho en el Apertura 2009 cuando fueron campeones invictos.
En aquella temporada del año 2009 Monterrey entró a la Fiesta Grande del Futbol Mexicano ubicados en la quinta posición, el conjunto en ese entonces dirigido por Vucetich se enracho iniciando la Liguilla y prácticamente no perdió.
Se hizo un equipo maduro y serio, un plantel lleno de jerarquía y de jugadores que en la hora importante respondieron, tras esta situación pasaron sobre América en los Cuartos de Final, posteriormente hicieron lo mismo ante Toluca y en la Final, en contra de Cruz Azul, sobre todo en la Ida, tuvieron una reacción valiosa y remontaron para irse ganando 4-3 al partido de vuelta.
La palabra imbatibilidad se permeó en el plantel, el conjunto rayado en contra de los azulcremas ganó la ida e igualó la vuelta, con eso les alcanzó para instalarse en las Semifinales, misma que superaron tras un global de 3 goles a 1, la cual tuvo como resultado dos marcadores positivos para la Pandilla. Triunfo en el Tec por 2-0 y empate en la Bombonera por resultado de 1-1.
Ya en la Final de Ida ante Cruz Azul reaccionaron cuando se les daba por muertos y ganaron la Ida por marcador final de 4 tantos a 3, y ya en la vuelta también derrotaron a la Maquina por resultado de 2-1, por lo que finalizaron con un global favorable de 6 goles a 4.
Ahora Rayados está en una situación parecida a la que vivió en el Apertura 2009, ya que en esta Liguilla entraron como octavo lugar y rápidamente despacharon a Santos, instancia en la cual no conocieron la derrota y posteriormente derrotaron a Necaxa, primero aquí 2-1 y después en Aguascalientes por marcador de 1-0.
Han pasado 10 años del último campeonato invicto en fase de Liguilla para el conjunto de la Pandilla, pero el destino podría depararle esta misma situación si logran ser campeones y en los dos juegos irse sin derrota, aspecto que en caso de suceder, por supuesto que tendrá que resaltarse.