Joaquín Urrea, quien fuera por muchos años referente del arbitraje mexicano, murió a los 80 años en la ciudad de Cuernavaca, Morelos.
Urrea pasó a la historia del futbol mexicano por el silbante central del tercer partido final, por el título de la temporada 1984-85, entre Pumas y América.
El trabajo de Urrea fue calificado de ser parcial a favor de las Águilas, quienes se llevaron el campeonato. Con ese juego, la rivalidad entre universitarios y azulcremas creció y tomó tintes de clásico.
La serie final, de la campaña 1984-85, se fue a tres juegos. Esto, debido a que el duelo de ida terminó empatado a un gol, y el de vuelta, celebrado en Ciudad Universitaria, no tuvo anotaciones.
Ese partido estuvo marcado por la tragedia del túnel 29, en donde por error de las autoridades varios aficionados murieron aplastados.
Al quedar empatados los dos primeros juegos, se desarrolló un tercero en Querétaro, en el Estadio La Corregidora, donde la actuación arbitral marcó el rumbo del partido a favor del América, que terminó ganando el duelo 3-1.
Joaquín Urrea, quien actuó como abanderado en el Mundial de México 1986, siempre dijo que su trabajo en esa final fue muy bueno, más allá de que reconoció marcar un penalti en contra a las Águilas.