MONTERREY, enero 08 (EL PORVENIR).-
La figura inmortal de Franz Beckenbauer queda grabada indeleblemente en la rica historia del Bayern Múnich y del fútbol alemán, dejando su huella imborrable como jugador, entrenador y alto dirigente.
Originario del barrio muniqués de Giesing, Beckenbauer comenzó su travesía futbolística en las filas juveniles del SC 1906 Múnich.
Aunque estuvo a punto de unirse al 1860 Múnich a los 13 años, un incidente que se ha vuelto legendario, en el que fue abofeteado por Gerhard König, jugador de las categorías inferiores del 1860, lo llevó a rechazar ese equipo y encaminarse hacia el Bayern.
Beckenbauer contribuyó a la primera Bundesliga del Bayern en 1969. Entre 1972 y 1976, el Bayern dominó la Bundesliga y la Copa de Europa, siendo el primer equipo en ganar tres temporadas consecutivas en ambas competiciones.
Ganó la Copa de Alemania en 1966 y fue subcampeón mundial con Alemania en 1966, estableciéndose como un ídolo antes de los mayores triunfos de su carrera.
Mientras tanto, el Bayern florecía, logrando su primer título europeo, la Recopa, en 1967.
Para el mundial de 1970 ocurriría el "Partido del Siglo" en la semifinal de la Copa Mundial de Fútbol de 1970 entre Italia y Alemania Federal en el Estadio Azteca de la Ciudad de México. El emocionante encuentro, celebrado el 17 de junio, se destacó por la victoria de Italia por 4-3, siendo el único en la historia del torneo con cinco goles en la prórroga.
En 1972, como capitán, Beckenbauer lideró a Alemania hacia la Eurocopa y se hizo acreedor al Balón de Oro, repitiéndolo en 1976.
En la Copa del Mundo de 1974, en Múnich, Alemania, bajo el liderazgo de Beckenbauer, derrotó a la Holanda de Cruyff, consagrándose campeona mundial.
Su paso como director técnico fue breve pero impactante. En 1984, ingresó al escenario internacional al liderar la Selección de Alemania, alcanzando la final en México 1986, aunque desafortunadamente perdió ante la Argentina de Diego Maradona.
La revancha llegó en Italia 1990, triunfando 1-0 en Roma para obtener su segundo título y el tercer campeonato para su país.
Tras su destacado papel en el Mundial, decidió dejar el seleccionado y cerrar su carrera como director técnico en 1996.
Su despedida fue brillante, ganando una Copa UEFA con el Bayern Munich, el equipo de su corazón y toda una vida de dedicación.
De 2007 a 2011, tuvo el honor de desempeñarse como miembro de los Comités Ejecutivos de la FIFA, contribuyendo activamente a las decisiones clave que influyeron en el curso y el desarrollo del fútbol a nivel mundial.