Además de cumplir con los Juegos Olímpicos, los clavadistas deberán enfrentar una temporada mucho más intensa, dado que se reprogramarán algunas competencias y se sumaran a las que se efectuarán en 2021.
Por lo que Balleza, tercer lugar mundial, confía en que el problema de la pandemia del COVID-19 pase lo más pronto posible para regresar a la actividad, ya que lo más extraña es entrenar en el agua y con sus compañeros.
Sin embargo, ante las limitaciones de hacer el trabajo en una instalación con una piscina, tanto él como Willars y Villarreal, quienes trabajan en Monterrey, comparten la rutina diaria y los tres se suman a los ejercicios físicos para no perder el volumen corporal.
Entre las rutinas esta cargar sobre sus hombros a uno de sus compañeros para fortalecer las piernas y de esta manera sólo esperar el regreso a la actividad en la pileta, bajo las indicaciones del entrenador chino Shi Qingyang.