El despertar de México en Juegos Olímpicos del 68

Y llegó 1968, donde ser los anfitriones motivó a los mexicanos que en total cosecharon nueve medallas.

México debutó en los Juegos Olímpicos en 1900, con el equipo de polo sobre césped, pero fue hasta París 1924 cuando envió la primera delegación fuerte, y desde entonces ha participado de manera formal el la justa.

De hecho, en 1900 el equipo de polo, integrado por Manuel Escandón y Barrón, Pablo Escandón y Barrón, Eustaquio Escandón y Barrón y William Hayden Wright,.logró su primera medalla.

Y aunque retornó hasta 1924, no fue sino hasta Los Angeles 1932 cuando logró dos medallas de plata con Francisco Cabañas, en boxeo, y Gustavo Huet Bobadilla, en tiro con rifle.

En Berlín 1936 la delegación mexicana logró tres bronces con Fidel Ortiz, en boxeo; el equipo de polo varonil integrado por  Juan Gracia Zazueta, Antonio Nava Castillo, Julio Mueller Luján y Alberto Ramos Sesma, y en baloncesto varonil, con el equipo conformado por  Carlos Borja Morca, Víctor Hugo Borja Morca, Raúl Fernández Robert, Silvio Hernández del Valle, Francisco Martínez Cordero, Jesús Olmos Moreno, Greer S. Skousen Spilsbury, Rodolfo Choperena Irizarri, Andrés Gómez Domínguez, Luis Ignacio de la Vega Leija y José Pamplona Lecuanda.

El ascenso en la consecución de metales iba en ascenso, y después de los parones por la segunda guerra mundial en 1940 y 1944, en Londres 1948 nuestra selección conquistó cinco preseas, entre ellas las primeras dos se oro en su historia..

El más brillante fue el jinete Humberto Mariles, quien ganó un oro individual en salto, otro por equipos al lado de Rubén Uriza, y hasta un bronce en la prueba de tres días al lado de Raúl Campero y Joaquín Solano. Rubén Uriza ganó otra presea de plata en salto individual, y finalmente Joaquín Capilla ganó un bronce en Clavados.

Al final de cuentas, Dos medallas de oro, una de plata y dos de bronce fueron un rotundo éxito para México en Londres 1944.

Pero cuando todo parecía ir en ascenso para nuestro país, llegó una etaba muy pobre entre 1952 y 1964.

En Helsinki 1952 sólo se ganó una presea de plata con Joaquín Capilla en clavados. El mismo atleta también se hizo presente en iMelbourne 1956 con una de plata y una de bronce para cerrar su participación en Juegos Olímpicos con cuatro preseas, una verdadera hazaña para él, que en ese tiempo era el único que ponía en alto el nombre de México.

En Roma 1960 Juan Botella se trajo la punica pesea para México y fue de bronce en clavados, mientras que en 1964 Juan Fabila también se trajo un bronce en boxeo de las Olimpiadas de Tokio.

Y llegó 1968, donde ser los anfitriones motivó a los mexicanos que en total cosecharon nueve metales.

El 14 de octubre Jose Pedraza inició el medallero para los mexicanos al ganar la plata en los 20 kilómetros de marcha, mientras que casi una semana después, el 20 Pilar Roldán se hace de la plata en esgrima.

Dos días después Felipe Muñoz Capamas se lace del primer oro para México en esa justa al ganar la prueba de 200 metros pecho de la natación, dándole a nuestro país la gloria olímpica.

El 24 de octubre fue el más fructífero hasta ese día con tres bronces ganados con  la atleta Teresa Ramírez en los 800 metros libres, y por la noche Joaquin Rocha y Agustín Zaragoza consiguieron también el tercer lugar  en boxeo.

Pero el mejor día llegó el 26 de octubre, primero con Alvaro Gaxiola en los clavados de 20 metros de plataforma libre, ganando la medalla de plata, pero por la noche Ricardo Delgado y Antonio Roldán ganaron el oro en boxeo, el primero venciendo al polaco Arthur Olech en peso mosca y el segundo a Albert Robinson en peso gallo.

Así, México se hizo de los tres oros, tres platas y tres bronces en los juegos celebrados en casa en 1968, e históricamente ya acumulaban 6 de oro, 7 de plata y 12 de bronce, para un total de 25.

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