Cuando Novak Djokovic se refirió a la situación de la gimnasta estadounidense Simone Biles, el serbio señaló que “La presión es un privilegio. Si aspiras a estar en la cima de tu deporte, lo mejor a aprender a manejarla y afrontarla”.
Esas palabras del tenista quedaron en la mente de muchos y este sábado fueron recordadas tras la desesperación que se le notó durante el juego ante Pablo Carreño por el bronce (que ganó el español), en los Juegos Olímpicos.
Djokovic se mostró molesto al no tener el resultado que él esperaba en la pelea por dicha presea de Tokio 2020 y decidió estrellar su raqueta con una de las esquinas de la red que divide la cancha.
Las imágenes fueron contundentes y dejaron ver la destrozada raqueta tras el momento en que fue aventada por el serbio.
PIERDE BRONCE
La sorpresa ya se había dado luego de que Novak perdiera en la semifinal ante Alexander Zverev y con ello a su vez también perdiera toda posibilidad de ganar (en una final) la medalla de oro y logra así el Grand Slam Dorado, aunque ahora hubo otra sorpresa: Djokovic también perdió el bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Si, el tenista serbio, quien venía de varios títulos fuera de Tokio y buscaba la medalla de oro para lograr el Gran Slam Dorado, perdió por segunda vez en los Juegos Olímpicos de Tokio, aunque ahora fue con el español Pablo Carreño y con ello también perdió la medalla de bronce.
El mejor del mundo, el propio Djokovic, perdió 4-6, 7-6 y 3-6 sobre Carreño y con ello el español se hizo del bronce.
Djokovic, quien tiempo atrás había declarado que para él la presión era motivante o daba menos valor a la retirada de Simone Biles de varias Finales por Gimnasia, se 'comió' sus palabras en estos Olímpicos ya que esa presión de la cual se creía inteligente respecto a ella, la convirtió en una rabieta y aventó su raqueta a las tribunas, todo esto aunado a que tiempo después rechazó el jugar con Nina Stojanovic el duelo por el bronce dentro de la Final por Mixtos.
Sin duda alguna, esta derrotó cayó en el aspecto anímico y en el momento menos esperado para el propio Djokovic, tenista que ahora se va de Tokio sin ninguna medalla y con el fracaso encima de no deslumbrar en unos Juegos Olímpicos que tenían que ser históricos para él, pero los cuales terminaron siendo paupérrimos para el antes citado respecto a su rendimiento individual.