La clavadista mexicana Alejandra Orozco vive su cuarto ciclo olímpico, que —a diferencia de otros— tiene como característica principal la falta de recurso económico para su preparación, hecho que complica el camino a París 2024.
"Ha sido un ciclo diferente, es una situación que nadie en el deporte mexicano pensábamos que podía pasar, pero creo que podemos salir adelante", confesó la tapatía a EL UNIVERSAL Deportes.
Sus dos medallas olímpicas —plata en Londres 2012 y bronce en Tokio 2020— la convierten en la referente de los clavados en México; por eso, utilizará la experiencia para superar todas las adversidades que implican el problema en la Federación Mexicana de Natación.
"No va a quedar en nosotros, no vamos a tirar la toalla. Han sido ciclos diferentes, pero tenemos el mismo objetivo [ganar medallas] y vamos a conseguirlo", remarcó la atleta.
Ale, tras los pasados Juegos Olímpicos, tomó la decisión de operarse; después, entre rehabilitación y la inactividad en 2022, fue hasta abril cuando volvió a una competencia, en el selectivo nacional de clavados, donde obtuvo su boleto al Mundial de Fukuoka, Japón, en la plataforma de 10 metros sincronizados, resultado al que describe "con un sabor agridulce, porque sabemos que es el inicio del proceso".