Desde 2012, cuando José Ángel Córdova Villalobos era secretario de Educación Pública, en el sexenio de Felipe Calderón, se emitió el Manual de seguridad escolar, con recomendaciones para proteger a los alumnos, maestros y autoridades ante situaciones de riesgo como balaceras cercanas a los planteles o saber qué hacer cuando un estudiante porte un arma de fuego. Sin embargo, ese documento no ha sido actualizado en los últimos dos sexenios.
Ese manual estaba dirigido a autoridades de los planteles, pero según especialistas en educación y en seguridad esta información debe actualizarse para hacerla más gráfica y accesible a todos los integrantes de la comunidad estudiantil.
También consideran que debe difundirse masivamente a través de las distintas herramientas tecnológicas para que llegue a más ciudadanos, que son las personas en riesgo potencial.
Incluso, comentan que este tipo de manuales debe hacerse extensivo no nada más en las escuelas, sino en hospitales, centros comerciales, supermercados y lugares de concurrencia, porque cada vez son más frecuentes las balaceras en lugares concurridos.
Los especialistas adelantan que en este 2024 se prevé que haya un aumento de violencia por la presión de Estados Unidos hacia México para que aumenten los decomisos y las capturas de capos del narcotráfico, así como por los comicios federales que se realizarán el próximo 2 de junio.
"Existen tres factores que están provocando un aumento de los homicidios y de los delitos de alto impacto. En primer término, es la presión de Estados Unidos a México para incrementar los decomisos de drogas ilícitas, para la captura y extradición de narcotraficantes, y esto provoca inestabilidad dentro de los propios cárteles y desata guerras sucesorias", explica a EL UNIVERSAL David Saucedo, especialista en temas de seguridad.
Precisa que cada vez que un narcotraficante es capturado y extraditado hacia Estados Unidos, en el interior de los cárteles se genera una disputa entre los distintos líderes para ver quién se queda al frente de la organización criminal.
Abunda Saucedo en que la coyuntura política electoral de México también desatará una guerra entre los grupos criminales por el control de nuevos espacios de poder, al financiar a candidatos a gobernador, a alcaldes y cambios de jefes policiacos, etcétera.
Indica que lo anterior, aunado a la dinámica interna de los cárteles por la disputa de territorios, rutas de comercio de drogas hacia la Unión Americana, el control de plazas para la venta de estupefacientes al menudeo, así como la coyuntura político-electoral del vecino país, "provocará que en 2024 haya un repunte de los homicidios derivados de enfrentamientos entre grupos del crimen organizado".
Para Saucedo, el Manual de seguridad escolar "está muy bien, pero debería de actualizarse y ser más didáctico, porque este tipo de materiales de alerta requieren de más gráficos y de un apoyo más visual para poder entender fácilmente las situaciones de riesgo. Además, tendría que hacerse uso de las redes sociales, como Facebook, TikTok, Instagram y X, por mencionar algunas, ya que este tipo de documentos con una mayor difusión serían muy útiles para enfrentar la violencia homicida".
Resalta que por la alta criminalidad que existe en la mayor parte del territorio nacional diversos gobiernos estatales han difundido sus propios protocolos para saber qué hacer, por ejemplo, en caso de que se desate una balacera.
"He sabido de estos protocolos en municipios como Matamoros, Tamaulipas, en Guanajuato o incluso algunas diócesis devoradas por la violencia también han lanzado ese tipo de materiales. Entonces, aunque el gobierno federal se haya atrasado al generar este tipo de protocolos, instituciones, gobiernos estatales y municipios han trabajado para difundirlos, comenta".
Para el profesor e investigador de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey, Daniel Hernández, existe un rezago muy grande en la elaboración de ese tipo de protocolos que elaboró la SEP hace poco más de dos décadas.
"Existe un rezago muy grande. La última vez que vi estos protocolos fue hace más de ocho años y sí son muy importantes para que los directivos sepan qué hacer. Supongamos que un tipo persigue al papá de un estudiante con un arma de fuego y el papá se refugia en la escuela, ¿qué puede hacer el director en ese caso?", sostiene.
Hernández destaca que es importante actualizar el manual de la SEP, pero escuchando la voz de directores y maestros locales.
"Este es un trabajo que debe hacer la SEP de manera conjunta con las autoridades educativas estatales para analizar el protocolo existente y discutir otros elementos que podrían agregársele", considera.
Erik Avilés, académico del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación José María Morelos, resalta que algunas de las principales urgencias por atenderse en el referido protocolo son las circunstancias en las que intervienen armas de fuego, violencia delincuencial, tiroteos y fuego cruzado, dentro o en el entorno de la comunidad escolar.
Desde su óptica también se deben anticipar los riesgos que implica la compraventa de drogas, así como su consumo esporádico y continuo, la intoxicación con sustancias sintéticas como el fentanilo, y prever e indicar cómo subsanar los posibles efectos entre las comunidades escolares del país.
"Debe existir una alerta para que las comunidades escolares estén protegidas por las autoridades en materia de seguridad inmediatamente que exista riesgo de violencia, en la presencia de armas o de drogas", sostiene.
Destaca, además, que "es inaceptable que el Manual de seguridad escolar continúe sin actualizarse a la realidad que hoy prevalece en el sistema educativo nacional: la situación no mejorará si mantenemos a los mismos agentes educativos realizando los mismos viejos protocolos ante fenómenos mucho más cruentos y agravados, con mayor presencia de armas, drogas y violencia amalgamadas con una contracultura orientada a la muerte y a la desvalorización del esfuerzo y del estudio. La situación no podrá sino empeorar la situación", afirma el académico.