Dos semanas en una misión análoga para simular situaciones que podrían ocurrir en el espacio fueron las que tuvo Shalom Carmona, estudiante del campus Monterrey.
Fue en Polonia, en las instalaciones de LunAres Research Station, donde la alumna vivió la experiencia de ser astronauta en un ambiente real.
“No todos los experimentos se pueden llevar a cabo en el espacio, por cuestiones de tiempo, presupuesto, investigaciones”, explicó la estudiante de Ingeniería en Mecatrónica.
“Entonces existe esto que se llama misiones análogas, que son más apegadas a lo que sería una misión real aislando, por ejemplo, a la tripulación, pero en un ambiente que simula un entorno como el de un satélite natural como la luna o un planeta como marte”, añadió.
La misión análoga en la que participó Shalom permite conocer cómo se podrían llevar a cabo ciertos sucesos en el espacio.
“En estas misiones se prueban proyectos, investigaciones, experimentos, incluso los procesos o las personas candidatas a probablemente una misión real.
“Todo esto se pone a prueba en tierra para reducir costos, esto es lo que hace un astronauta que participa en misiones análogas”, señaló.
Ella participó como vicecomandante, entre otras funciones, en la tripulación en la que también participaron una australiana, una polaca, un israelí y otra mexicana.
Shalom acudió con un proyecto de investigación, el cual consistió en desarrollar un sistema automatizado que pudiera monitorear el crecimiento de plantas dependiendo de ciertas métricas como humedad, PH y temperatura.
“También colaboró en el proyecto de la comandante de la misión, que es geóloga, sobre instrumentos para analizar suelo lunar.
“Trabajamos en una serie de aparatos, instrumentos que pudiéramos adaptarle al robotcito con el que hacíamos las simulaciones para automatizar el sampleo de muestras”, dijo.
Como parte de la misión realizaron cinco actividades extra vehiculares (EVA por sus siglas en inglés), que simulaban la labor del astronauta cuando sale de la base o la nave para realizar trabajos de campo.
Shalom es becada al 100 por ciento a través del programa Líderes del Mañana, el cual va dirigido a jóvenes con condiciones de liderazgo social.
Decidió estudiar mecatrónica por su gusto con la robótica, y no fue hasta después que se comenzó a interesar en cuestiones espaciales.