Monterrey, NL.-Para Marcos García, exdirector de Medialab-Prado de Madrid, los laboratorios ciudadanos contribuyen a la restauración del tejido social, el desarrollo de los pueblos y la paz.
Dicho punto fue manifestado tras su residencia artística en Laboratorio Cultural Ciudadano LABNL de CONARTE para desarrollar el proyecto Laboratorios Ciudadanos y Redes de Colaboración en Nuevo León.
“Los laboratorios, sin duda, contribuyen a mejorar la cohesión social y la convivencia, porque generan esos lugares de encuentro, de experimentación y colaboración entre personas diversas, que antes no se conocían, entonces se forjan nuevos vínculos entre la gente y espacios donde pueden aprender a hacer cosas juntos y ese es un aprendizaje a la convivencia, y no hay tantos sitios donde podemos tratar de aprender a vivir juntos”, expresó García, quien actualmente coordina el proyecto de Red de laboratorios ciudadanos de la Comunidad de Madrid, impulsado por la Fundación para el Conocimiento madri+d.
Una de las aportaciones más importantes de los laboratorios ciudadanos, añadió, es la ensayar y propiciar modelos de institución cultural en que las personas juegan un papel activo, no participan solo como receptores de servicios, sino como actores que contribuyen con sus capacidades a crear proyectos que mejoren la vida en común.
En los laboratorios ciudadanos, explicó, se generan una diversidad de proyectos que contribuyen a mejorar la vida en común.
“Se han desarrollado muchas iniciativas que tienen que ver con proyectos de ciencia ciudadana para medir la calidad del agua y del aire, el diseño de aplicaciones educativas, y de prótesis y asistencias técnicas para niñas y niños que no tienen manos, proyectos de visualización de datos, traducción colaborativa de libros, y edición colaborativa de artículos de Wikipedia, entre muchos otros”, expresó.
Pero también en estos espacios se generan nuevas comunidades de aprendizaje, de práctica y experimentación y están compuestos por personas con perfiles muy diversos, que antes no se conocían y que probablemente nunca se habrían encontrado, si no llega a ser por la existencia de estos laboratorios, señaló.
“Este proyecto Laboratorios ciudadanos y redes de colaboración en Nuevo León es una invitación a ensayar la metodología de los laboratorios ciudadanos, que ya está poniendo en práctica el LABNL y ensayarla en otras organizaciones, entidades o instituciones de Nuevo León, que pueden ser universidades, centros culturales, museos, bibliotecas, o asociaciones culturales”, explicó García.
“La idea es que en cualquiera de estos sitios pueda habilitarse un lugar para la experimentación y la colaboración entre los vecinos y que desarrollen iniciativas que buscan mejorar la vida en estos lugares”.
Entonces, dijo, lo que se va a diseñar en estos días de residencia del taller son posibles experiencias de laboratorios ciudadanos en distritos lugares, no solo en la zona metropolitana de Monterrey, sino también en zonas rurales del estado.
“El objetivo es intentar imaginar cómo podría ser una red de colaboración entre todos estos laboratorios y que esto contribuya para que Nuevo León sea un territorio propicio para el encuentro, la colaboración y la experimentación en las personas que habitan estos lugares”, apuntó.
“Es muy emocionante ver todo el potencial de este proyecto y que un grupo tan diverso comparta el mismo momento y lugar. Este taller muestra también la potencia de estos laboratorios. Tenemos la participación de personas con perfiles muy distintos y también de distintas organizaciones e instituciones del estado”, manifestó García.