No todo es blanco en Navidad. En algunos países dicha celebración se torna "oscura" y esto se debe a la llegada de Krampus. Pero su aparición no es en vano, sino que visita a los niños que se portaron mal para castigarlos, o al menos eso dice la leyenda.
Esta criatura que se le considera como el "hermano malvado" de Santa Claus surgió del folklore de países europeos, como Alemania, Francia, Italia, Mónaco y Suiza. Y cada año se apodera de la temporada.
El nombre de Krampus proviene de la palabra Krampen, que en alemán significa "garras". En la antigüedad fue motivo de pánico, pues marcaba un contraste con el verdadero motivo de la Navidad: celebrar el nacimiento de Jesús.
Se cuenta que este demonio con apariencia de cabra merodea las calles del 5 al 6 de diciembre, es decir, durante la noche de San Nicolás. Con cencerros en mano, busca a los niños malos para colocarlos en una canasta que porta en la espalda, llevarlos al infierno o devorarlos.
Aunque Krampus no es del todo negativo, ya que también recompensaba a los pequeños que se portaban bien entregándoles obsequios, regalos e incluso unas cuantas golosinas.
La figura demoníaca tiene distintas representaciones, pero coincide en su aspecto tenebroso con lengua larga, cuernos de diablo y cabellera negra, haciéndolo mitad humano y mitad íncubo.
De cualquier modo, resulta una de las historias más tenebrosas de Navidad.
En la actualidad, Krampusnacht o la Noche de Krampus es motivo de fiesta y regocijo en las calles de Alemania y Austria. En este día se llevan a cabo desfiles con decenas de jóvenes disfrazados como el demonio.
Krampus se ha convertido en una tradición simbólica, aunque cuestionada con anterioridad por la iglesia, como ocurrió en Austria durante el gobierno del Frente Patriótico cuando se intentó prohibir su celebración.
Sin embargo, para muchas personas es la excusa perfecta para convivir en familia y con amigos. De hecho, es una de las principales atracciones turísticas en los países europeos, sobre todo, en la región de Baviera.