"Escuché el estruendo de los propulsores del cohete, sentí en todo mi cuerpo una vibración muy fuerte y después vi cómo todo el cielo se iluminó; quedé en shock unos segundos y sentí ganas de llorar por la emoción. No podía creer que algo en lo que trabajé haya ido al espacio".
Así relata Valeria Bastida, estudiante de Arquitectura del Tec de Monterrey, su experiencia al ser invitada por la NASA para presenciar el lanzamiento del cohete Falcon 9 de SpaceX, donde viajó un mecanismo que ella y otros 15 jóvenes mexicanos diseñaron.
Se trata de Úurich, un dispositivo flexible que mediante elasticidad y la deformación de su material logra transmitir fuerza o generar movimiento.
Este mecanismo fue enviado a la Estación Espacial Internacional (EEI) donde su comportamiento y resistencia serán puestos a prueba durante 6 meses, con la posibilidad de, si resulta exitoso, ser parte en un futuro de proyectos aeroespaciales.
Esta oportunidad llegó para los jóvenes mexicanos gracias a su participación en el International Air and Space Program (IASP) en 2021, organizado por la empresa Aexa Aerospace en las instalaciones de la NASA.
En esa edición del programa, más de 120 jóvenes de diversas partes del mundo, divididos por equipos, respondieron al reto de diseñar en 5 días un dispositivo que pudiera resistir y adaptarse a las condiciones del espacio, que no superara 1x1 pulgadas de tamaño.
El equipo JPL está integrado por 16 jóvenes mexicanos de varias universidades en el país, quienes asesorados por ingenieros de la NASA trabajaron durante un año en el diseño y manufactura del Úurich; de entre ellos hay estudiantes de varios campus del Tec, entre ellos Valeria Bastida, del Tec campus Estado de México; Marcos Cuevas, del campus Monterrey; Sebastián Llanos del campus Puebla; Raquel Reyes, del campus Querétaro y Cosette Valenzuela, del campus Sonora Norte.
Al ganar el equipo de mexicanos la categoría de ´Mejor diseño de mecanismo´, el siguiente paso fue la manufactura del dispositivo durante todo el 2022, la cual corrió por su propia cuenta.
Valeria, quien estudia el décimo semestre del Tec campus Estado de México, compartió que "se trata de un mecanismo conocido como complaciente, flexible, monolítico o de una sola pieza".
Tras analizar cerca de 33 materiales y hacer pruebas con 3 de ellos, detalló, fue manufacturado con fluorosilicona, material que puede expandirse y contraerse ante cambios de temperatura., que fuera resistente al ambiente de la Luna, donde el polvo lunar, similar a microcristales, es capaz de corroer diferentes tipos de materiales resistentes, incluso el acero.
"Tiene mucho potencial para piezas robóticas o incluso puertas presurizadas, porque puede generar esta expansión o retroceder y puede bloquear o dejar que algo pase, incluso en algún tipo de manguera para permitir o impedir el paso de gas o de un fluido", explicó.
El 14 de marzo, en Cabo Cañaveral, el cohete Falcon 9 fue lanzado al espacio y con él viajaba el mecanismo para que sus capacidades y resistencia sean puestas a prueba.
"Nos van a mandar un reporte mensual de cómo se va comportando el mecanismo durante los próximos 6 meses", añadió Valeria.
La estudiante agregó que el mecanismo estará expuesto a temperaturas extremadamente altas y bajas, así como a mucha radiación solar y cósmica cada día, debido a que la EEI da 16 vueltas a la tierra cada 24 horas.