El escritor de origen chileno Jorge Edwards, galardonado entre otras muchas distinciones con el Premio Nacional de Literatura en 1994 y el Premio Cervantes en 1999, ha fallecido hoy en Madrid. Tenía 91 años. Escritor, abogado, periodista, diplomático... Edwards, considerado uno de los grandes representantes del boom literario latinoamericano, tuvo una vida profesional fructífera y variada.
Estudió Derecho en la Universidad de Chile y más tarde realizó un postgrado en la Universidad estadounidense de Princeton, aunque nunca llegó a ejercer como abogado. En cambio, sí que hizo carrera como diplomático y, entre 1957 y 1973, desempeñó diferentes cargos como representante de Chile.
Fue, por ejemplo, el encargado de negocios de la embajada chilena en la Cuba de Fidel Castro, tras ser nombrado en diciembre de 1970 para ese cargo por el gobierno de Salvador Allende.
Solo estuvo tres meses en ese puesto. A su regreso a Chile, Edwards publicó Persona Non Grata (1973), obra en la que arremetía contra Cuba castrista y que fue prohibida tanto por el gobierno cubano como por el chileno. Aquel escrito, la primera crítica de un intelectual latinoamericano contra el régimen de Castro, desató una fuerte polémica, enemistó a Edwards con la izquierda y le valió no pocos ataques de escritores. "Ese Jorge Edwards es mi amigo, pero no tengo ganas de verlo", aseguró por ejemplo Julio Cortázar.
"Si me pidieran que nombrara solo dos títulos del siglo XX latinoamericano de los que tuviera personal certeza que trascenderán su época, no lo dudaría un instante: Cien años de soledad y Persona non grata", escribía en 2017 el escritor venezolano Juan Carlos Chirinos. "Este libro es uno de los clásicos verdaderamente vibrantes de la literatura latinoamericana moderna", en palabras de Octavio Paz. A su regreso de Cuba, Edwards fue enviado de nuevo como secretario de embajada a París, donde trabajó a las órdenes de Pablo Neruda. La última novela publicada por Edwads —Oh, maligna, 2019— trata precisamente sobre el amor entre Pablo Neruda y la birmana Josie Bliss.
EXILIO EN BARCELONA
Tras el golpe de Estado de Augusto Pinochet, al escritor no le quedó más remedio que abandonar la carrera diplomática. Se exilió en Barcelona, donde estuvo trabajando en la editorial Seix Barral, dedicándose a la literatura y al periodismo. Pero en 2010 logró volver a ser diplomático, tras ser designado embajador en París por el gobierno de Sebastián Piñera, político al que Edwards había apoyado públicamente durante la campaña electoral. En ese mismo año, le fue concedida la nacionalidad española.
Edwards, un hombre con un afilado sentido del humor, deja una obra literaria importante compuesta por una docena de novelas, artículos periodísticos, ensayos... Su trayectoria como escritor ha sido galardonada con importantes premios. Y también su trayectoria diplomática le ha valido reconocimientos, en especial por su compromiso con la democracia, y los derechos humanos. Edwards publicó el primer tomo de sus memorias, Los círculos morados, en 2013. Poco antes, en noviembre de 2012, dio a conocer que a los once años había sufrido abusos sexuales a manos de un sacerdote del colegio jesuita San Ignacio de Chile, donde estudió de niño. El segundo tomo de su autobiografía lleva por título Esclavos de la consigna (2018).