Llega Oscar Murillo y "Espíritus en el pantano" a MARCO

Cada miércoles y domingo, días en los que la entrada a MARCO es gratuita, Murillo invitará a los asistentes a pintar sobre lienzos

A través de la pintura interactiva, el video y la instalación, el artista Oscar Murillo concibe los espacios dentro de MARCO como una arena social en su exposición Espíritus en el pantano, demostrando un compromiso con el poder de la presencia material, la importancia de la colectividad y la cultura compartida.

Taiyana Pimentel, directora de MARCO y curadora de la exposición, señaló que en dicha instalación el artista revisita la tradición pictórica, incorporando diversos lenguajes explorados desde la perspectiva de movimientos de vanguardia como el Impresionismo, el Neoexpresionismo y el lenguaje corporal.

"Murillo a menudo revierte la tradición en la que el artista es el único agente creativo al invitar a comunidades de todo el mundo a participar, transformando el acto de creación artística en un vehículo de diálogo y encuentro, arraigado en la participación", mencionó Pimentel.

Después de obtener su maestría en el Royal College of Art, Oscar Murillo realizó su primera exposición individual, Arepas y tamales (2011), en la galería Cole Contemporary de Londres.

Durante la muestra, el artista dedicó tiempo a preparar platillos esos típicos colombianos, fomentando la interacción social con los visitantes del espacio. Este tipo de acercamiento refleja la convicción de Murillo en que el arte posee un componente social y político significativo, creando un espacio para la participación comunitaria, la acción colectiva, aunado a momentos de encuentro y convivencia.

Una de las obras principales dentro de MARCO -recinto mexicano que alberga la práctica trascendental de Murillo- es Espíritus en el pantano (2024-2025). Lienzos de gran formato rodearán el perímetro de cada sala, cubiertos con mensajes, marcas y dibujos dejados por los visitantes del museo en los meses previos.

Este mismo lienzo también viajó al albergue para migrantes Casanicolás, donde los participantes fueron invitados a plasmar sus marcas en esta obra colectiva. Integrantes de la asociación Cruz Rosa, dedicada a apoyar a mujeres con cáncer, asistieron en grupo al museo para participar.

Cada miércoles y domingo, días en los que la entrada a MARCO es gratuita, Murillo invitará a los asistentes a pintar sobre estos lienzos marcados, creando lo que el artista define como un "pantano" de capas superpuestas. Los asistentes de todas las edades podrán utilizar tonos de azul, verde, amarillo y magenta para contribuir colectivamente a la creación de espíritus en el pantano.

Dentro de este "pantano" se presenta un recorrido por el trabajo del artista en la última década: amplios lienzos negros colgados, hechos con tela recogida del suelo de su estudio; videos de personas celebrando en La Paila, su ciudad natal; una monumental estructura de madera para sentarse; sillas de plástico; esculturas de apariencia rocosa elaboradas con maíz; obras en papel y pinturas. Cada una de estas piezas es concebida como un espíritu dentro de este “pantano” de marcas superpuestas, representando distintos momentos en la vida del artista. Presentadas en conjunto, las obras desdibujan las barreras de clase, cultura y geografía, transformando el espacio en un punto de encuentro entre los espíritus, es decir: las obras, los participantes y los espectadores por igual.

De esta manera, la exposición no solo se centra en las huellas dejadas en el presente, sino también en aquellas del pasado, rindiendo homenaje al espíritu ancestral a través de la cultura y la memoria.

Espíritus en el pantano marca la primera exposición de Oscar Murillo en un espacio museístico en México. En 2021, Murillo presentó sus pinturas en la Parroquia de San Agustín, en la Península de Yucatán, con la muestra ética y estética, organizada por Kurimanzutto. En 2020, bajo el mismo título, el artista presentó una serie de pinturas en una iglesia de su ciudad natal, La Paila.

RECORRIDO POR LA EXPOSICIÓN

La pieza central de la exposición es la obra que da título a la muestra, Espíritus en el pantano (2024-2025). Los lienzos llenos de bocetos, frases, pensamientos y sentimientos plasmados por la comunidad, serán instalados en las cuatro salas de exhibición, y los visitantes estarán invitados a pintar sobre ellos con pintura acrílica y materiales proporcionados por el Museo.

Durante el verano de 2024, Murillo fue comisionado para realizar un proyecto participativo similar en la Tate Modern de Londres, como parte del programa UNIQLO Tate Play. En la icónica Turbine Hall se instaló una estructura cóncava, inspirada en la obra de Monet, con lienzos listos para ser intervenidos por el público con distintas tonalidades de azul. El resultado fue una explosión de pinceladas expresivas, un proceso que ahora se replicará en MARCO.

A lo largo de la exhibición también se presentan obras significativas en la producción de Murillo. En la primera sala se encuentra la obra en video WRAPPED (2024). Justo detrás de la videoinstalación estará una fotografía de gran formato que muestra a la madre del artista dormida con su uniforme de trabajo. La imagen lleva el mismo título que la presentación de Murillo en David Zwirner, Nueva York, en 2013, A Mercantile Novel (2013). Esta imagen se presentó por primera vez en la galería junto a una línea de producción recreada de Colombina, una fábrica de dulces ubicada en La Paila, la ciudad natal del artista. Aquí, en los espacios de MARCO, Murillo presenta los “espíritus” de esta escena laboral: una obra en video en la que el artista repite un movimiento de manera incesante, y sillas blancas de plástico vacías, simbolizando un momento fugaz o una reunión, además de esculturas desmoronadas de apariencia rocosa, elaboradas con maíz y arcilla.

En conjunto, estas piezas destacan la tensión entre los materiales básicos, el trabajo y las mercancías comercializadas.

Entre estas obras cuelgan tres pinturas de Murillo tituladas Telegram (2013-2024). Estas pinturas surgen del proyecto Frequencies, en el cual el artista instaló lienzos en pupitres escolares alrededor del mundo, recolectando durante una década las marcas conscientes e inconscientes de los estudiantes. En estas pinturas, Murillo "sintoniza" o intercepta lienzos individuales del proyecto Frequencies. La intervención ocurre a un nivel íntimo: cada lienzo es recortado, enmarcado y suspendido desde el techo en el espacio expositivo.