Una larga ovación celebró la incorporación de Gonzalo Celorio a la lista de ganadores del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para escritores, por su autobiografía literaria "Mentideros de la memoria", que recibió con un discurso en el que inspirado en el espíritu del poeta Xavier Villaurrutia, alzó la voz para cuestionar que desde la "oficialidad gubernamental" se ha polarizado a la sociedad entre "mexicanos y traidores a la patria".
"Imbuido del espíritu de Contemporáneos, y particularmente del pensamiento lúcido y reivindicatorio de Villaurrutia, quiero pararme a la mitad del foro, diría López Velarde, para pedir, en esta hora en que se ha impuesto desde la oficialidad gubernamental, la escisión entre mexicanos y traidores a la patria, fieles e infieles, buenos y malos, que oigamos a Villaurrutia a quien hoy, sin duda, más que a mí celebramos con la entrega de este premio de escritores para escritores que lleva su nombre", afirmó Celorio.
El narrador, ensayista y académico llamó a escuchar el sutil y contundente planteamiento de "que la mexicanidad no puede doblegarse a un discurso impositivo y excluyente" pues aseveró que "todos cabemos en nuestro país".
Puntualizó: "nuestro nacionalismo no puede estar cerrado a la pluralidad, a la divergencia, a la discrepancia de las que se alimenta y que incluso lo constituyen. Y de ninguna manera es incompatible con nuestra pertenencia al género humano antes bien, no sería tal con sus peculiaridades y sus valores patrios sin esta comunión con la universalidad, que la literatura, acaso más que cualquier otro discurso, celebra en cada página", dijo en durante la ceremonia de entrega del galardón en la que estuvo acompañado de Vicente Quirarte, Pura López Colomé Fernando Fernández, Marianne Toussaint, Lucina Jiménez, directora del INBAL, y Karen Villeda, coordinadora nacional de Literatura.
El también autor de "Tres lindas cubanas" afirmó que quizás debería guardar silencio en concordancia con una de las características dominantes en nuestra tradición poética según el canon establecido por Villaurrutia.
"Pero ni Villaurrutia ni sus compañeros, del grupo sin grupo, callaron cuando sus obras y sus personas fueron execradas por el rampante discurso oficial que los marginó, aún más, de lo que ya las marginaban sus búsquedas, su modernidad, su experimentación, su cosmopolitismo. De una u otra manera supieron poner la marginalidad en el centro, para decirlo con las palabras con las que Carlos Monsiváis, valoró la obra y la postura de Salvador Novo, la marginalidad en el centro".
Celorio cerró su discurso igual que lo inició refiriendo los problemas clínicos de su voz. Y dijo que aunque ha perdido la potencia y la durabilidad de su voz, terminaba con una polisémica cuarteta de Villaurrutia, "que sintetiza mi estado, pero que más allá de mis deseos personales, bien podrían ser los anhelos de nuestra suave patria, una voz que se articule con inteligencia y discernimiento y con la madurez de la edad, una voz que imprima su más legítimo sello en su historia profunda, una voz que incendie con su ignición, pero que contenga el fuego con su consistencia: Y mi voz que madura/ y mi voz quemadura/ y mi bosque madura/ y mi voz quema dura."