Lucía, el río y ojos de agua: Tiempo y Espacio, la charla a cargo del historiador Héctor Jaime Treviño Villarreal que aborda la importancia de este manto acuífero, en el escenario geográfico donde se desarrolló la fundación primigenia de la Ciudad de Nuestra Señora de Monterrey, se realizará hoy a las 19:00 horas en el Auditorio del Museo del Noreste, dentro del ciclo Memorias de Nuevo León.
Héctor Jaime Treviño Villarreal ex director del Centro de Información de Historia Regional de la UANL, en la Hacienda de San Pedro, fue delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Nuevo León y Coahuila, presidió la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, A. C., dirigió el Ateneo Nacional de Investigaciones Geográficas, Sección Nuevo León y el Centro de Historia Oral, actualmente dirige el Archivo General del Estado, entre otras múltiples actividades.
Reconocido en el mundo de la historia, Treviño Villarreal cuenta en su haber editorial con más de 70 publicaciones, ha sido editorialista y conductor en programas especializados en diversos medios de comunicación.
EL PRIMER HISPANO COLONIZADOR
Héctor Jaime Treviño Villarreal a manera de crónica comenta que, en diciembre de 1572, Luis Carvajal de la Cueva y sus huestes llegaron a un lugar rodeado de montañas con frondosos árboles y agua en abundancia, este lugar recibió el nombre de Valle de Extremadura; en este escenario geográfico sobresalía por su riqueza natural un paraje con suficiente agua, pura y cristalina, como para pernoctar o fundar una villa.
“El sitio contaba con un gran ojo de agua, que surtía un río menor, por lo que decidieron establecerse temporalmente, mientras seguían adelante hacia la Sierra de Nuestra Señora de los Remedios, como la bautizaron, actualmente es la hermosa Sierra de Picachos que comprende desde Cerralvo hasta Sabinas Hidalgo, Nuevo León”, dice.
Por diversos motivos, Carvajal tardo siete años para solicitar del rey estas tierras, siendo hasta el año de 1579 cuando el rey de España y Portugal, Felipe II, le dio la capitulación; tres años más tarde emprendió las tareas de población; las pasiones e intrigas políticas y económicas de sus enemigos encabezados para la poderosa familia zacatecana de los Ibarra, motivaron a que “estos enviaran al aventurero y facineroso Alberto del Canto con la misión de poblar lo que hoy es Saltillo en julio el 25 de julio de 1577 y la Villa de Santa Lucía a la vera del arroyo del mismo nombre y Almadén, hoy Monclova, fundaciones a todas luces ilegales, con el afán de detener el posible asentamiento definitivo de Carvajal”, agrega.
DÓNDE ESTÁN LOS OJOS DE AGUA Y DONDE EL RÍO
Héctor Jaime Treviño Villarreal indica la ubicación geográfica del Santa Lucía, “en el área comprendida de poniente a oriente desde las actuales calles de Cuauhtémoc hasta la de Diego de Montemayor y de sur a norte, desde la banda norte del río Santa Lucía a la actual calle de Washington”.
El arroyo o río de Santa Lucía se origina con los pequeños ojos de agua localizables en la hoy Avenida Juan Ignacio Ramón acera sur, casi en su cruce con la avenida Cuauhtémoc, pero, su mayor caudal lo recibe del Ojo Grande de la ciudad situado en las calles de Allende y Zaragoza, aunque su vertiente parte desde las faldas del Cerro del Obispado, continuando por el barrio del Mediterráneo, y en tiempos de inundaciones recibía las aguas del Santa Catarina por el desbordamiento a partir de la llamada Rodilla del Diablo ubicada en la orilla del río Santa Catarina a la altura de la actual avenida Venustiano Carranza, aumentando de esta manera el caudal de los escurrimientos formados por los ojos de agua y de los mantos subterráneos, señala.
La charla Lucía, el río y ojos de agua: Tiempo y Espacio se llevará a cabo este viernes 30 de septiembre a las 19:00 horas en el Auditorio del Museo del Noreste, el acceso el libre, las personas interesadas en más información se pueden poner en contacto a través de las redes sociales de 3 Museos o visitar la página www.3museos.com