A pocos días de iniciar el tiempo de la cuaresma con el miércoles de ceniza, el Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, hizo un llamado a la comunidad regiomontana a vivir estas festividades con gracia y reflexión.
“Estamos por iniciar un período especial en el caminar de la Iglesia, el tiempo de la Cuaresma. Dios mediante, el miércoles 26 de febrero, con el rito de la imposición de la ceniza, comenzamos, conforme a la tradición, el peregrinar de 40 días en el que reavivamos una serie de acciones que, si bien se realizan a lo largo del año, en este tiempo adquieren un especial significado. El ayuno, la oración y la limosna, son solo algunas de las muchas acciones que nos ayudan a fortalecer nuestra espiritualidad”, expresó Cabrera López.
El también presidente de la Conferencia Nacional del Episcopado Mexicano, señaló que la llegada de este tiempo es de vital importancia, dadas las malas situaciones por las que atraviesa el país.
“Es providencial la llegada de este tiempo, en el que podemos realizar un alto en el camino para interiorizar seriamente y preguntarnos cómo vamos, qué acciones estamos realizando para responder a las grandes inquietudes que se presentan en la familia y en la sociedad, y que exigen una solución concreta, que vaya más allá de las palabras, haciendo tangible el compromiso de todos para lograr el bien de todos”, mencionó.
Así mismo, aseguró que este tiempo es una valiosa oportunidad, la cual la comunidad no debe desaprovechar para escucharse como hermanos para dialogar como seres pensantes, para poner un alto definitivo a las situaciones de violencia que tanto estremecen y enojan a todos.
“No caigamos en provocaciones, demostremos civilidad en la exposición de nuestros puntos de vista, hagámoslo con decisión y educación. Todos tenemos derecho a ser escuchados, pero también debemos disponernos a escuchar”, enfatizó.
Por último, dio a conocer que, como cada año, al inicio de la Cuaresma la Arquidiócesis visitará los Centros de Readaptación Social del Estado, el Consejo Tutelar de Menores, así como algunos hospitales públicos y privados que han dado la oportunidad de imponer la ceniza a los fieles enfermos y sus familias, dentro sus instalaciones.