Roma, Italia.- La "Comisión de Nuevos Mártires – Testimonios de la Fe" en el Vaticano informó que investiga más de 550 casos de personas que dieron su vida por la causa de Cristo desde el año 2000.
Las víctimas de los atentados de Pascua en Sri Lanka en 2019; las religiosas Luisa Dall'Orto y Maria De Coppi, asesinadas en Haití y Mozambique, respectivamente; y los crímenes de los sacerdotes Andrea Santoro en Turquía y Jacques Hamel en Francia son algunos de los ejemplos de posibles "nuevos mártires" de los últimos 25 años.
Un aspecto importante en esta comisión es que estará abierta a investigar no sólo casos de la Iglesia Católica, sino también de otras iglesias cristianas, como parte del llamado "ecumenismo de la sangre".
El ejemplo más saltante de estos últimos podría ser el caso de los 21 cristianos no católicos degollados en Libia por el Estado Islámico (ISIS) en 2015.
Los miembros de la nueva comisión que funciona bajo la autoridad del Dicasterio para las Causas de los Santos, instituida por el Papa Francisco el 3 de julio de 2023 y que tiene como marco la próxima celebración del Jubileo de 2025, se reunieron en Roma.
Un comunicado, publicado por el citado dicasterio señala que "el reconocimiento de las víctimas cristianas y del ofrecimiento de la vida de parte de laicos, pastores, consagrados y consagrados se servirá del esfuerzo que ya realizan [la agencia vaticana] Fides y otras agencias, pero también de nuevas investigaciones, ayudado por los obispos, las congregaciones religiosas y por quienes custodian la memoria de estos cristianos".
"Actualmente son más de 550 los testimonios de quienes se conoce las circunstancias de la muerte y su servicio a la Iglesia y al pueblo de Dios. Un sitio web se ha desarrollado para acompañar el trabajo de la Comisión y dar algunas informaciones esenciales", agrega el texto.
Tras resaltar la importancia del aporte de los fieles de Medio Oriente, Asia y las Iglesia Católicas Orientales, el comunicado señala que el dicasterio ha dotado a la comisión "de los instrumentos necesarios para el desarrollo de su tarea, asignándole recursos humanos y técnicos".
Estos nuevos mártires, concluye el texto, "constituyen una luz de esperanza y una voz humilde pero elocuente que reclama al bien supremo de la vida, a la unidad e la familia humana y a la fuerza pacífica de los cristianos".