Inicia restauración de Zona Arqueológica de Ek’ Balam

Tras acciones emergentes de conservación, con el Promeza, se podrá intervenir con mayor precisión y detalle los elementos de ese espacio ubicado en Yucatán

Mérida, Yucatán.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dará inicio al Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) en la Zona Arqueológica de Ek’ Balam, al nororiente de Yucatán.

Ahí se desarrollarán trabajos arqueológicos en la Acrópolis de la zona arqueológica, abarcando acciones de conservación, restauración y consolidación de monumentos de este sitio patrimonial perteneciente a la cultura maya.

Ek’ Balam, “Lucero-Jaguar”, tuvo su apogeo en el periodo Clásico Tardío (600-900 d.C.), y posiblemente fue sede del reino de Talol. El gobernante Ukit Kan Le’k Tok’ (770-801 d.C.) mandó a edificar la mayor parte de la Acrópolis, siendo el Sak Xok Nahh su sepulcro, donde fue acompañado con una rica ofrenda de más de siete mil piezas.

Se contempla una inversión de 25 millones de pesos y el empleo temporal de 80 personas, entre especialistas y gente de las comunidades de Ek’ Balam, Temozón y Valladolid.

Durante 12 meses, investigadores y restauradores intervendrán los monumentos arqueológicos y buscarán solucionar problemas de conservación de dicho sitio, el cual se abrió al público hace 21 años, después de un extenso proyecto de restauración.

La arqueóloga Leticia Vargas de la Peña y el arqueólogo Víctor Castillo Borges, adscritos al Centro INAH Yucatán, dirigirán las tareas de investigación, y la restauradora Alejandra Alonso Olvera, de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH, el proyecto de conservación y restauración en la zona arqueológica.

El proyecto de conservación contempla la estabilización de la fachada con la representación del monstruo de la tierra y de elementos de gran importancia para dicho sitio patrimonial.

La restauración de la fachada de la Acrópolis implicará trabajos interdisciplinarios, basados en los criterios de mínima intervención, retratabilidad, reversibilidad, compatibilidad de materiales y estabilidad en los bienes, así como la diferenciación de las intervenciones respecto de los elementos originales.

El enfoque en el análisis de la fábrica de los elementos decorativos, de los relieves y los materiales pétreos de la Acrópolis, emprendido hace 20 años, el cual con el tiempo se extendió a los bienes de otros espacios de la zona arqueológica, en esta ocasión permitirá identificar y plantear el control de los deterioros ocasionados por fenómenos climáticos, como los ocurridos en 2020, que causaron importantes concentraciones de humedad al interior de los mismos y cuyo proceso de secado dilatará muchos años.

Alonso Olvera enfoca la atención emergente de los daños en los elementos decorativos de la fachada teratomorfa de la estructura conocida como Sak Xok Naah (“la casa blanca de la lectura”, en maya yucateco), en el cuarto nivel de la Acrópolis; además de las representaciones de serpientes con escritura jeroglífica, así como elementos escultóricos en piedra y en estuco que recubren las portadas de los edificios ubicados en los niveles inferiores de la Acrópolis.

 “Las primeras acciones consistirán en eliminar y retirar con vapor de agua a presión la microflora de las fachadas con mayores escurrimientos pluviales, pues las cubiertas se dañaron con los fuertes vientos y la lluvia continua”. La especialista indica que el desarrollo de algas y hongos, más allá de producir manchas, origina daños químicos significativos en las superficies de los elementos decorativos.