Cada 6 de diciembre, la Iglesia celebra a San Nicolás de Bari, conocido también como ´San Nicolás de Mira´ o simplemente ´San Nicolás´, obispo del siglo IV, considerado patrono de los niños, los marineros y los viajeros. La tradición le ha adjudicado un significado muy especial a su nombre: Nicolás quiere decir ´protector y defensor de los pueblos´.
De acuerdo con el sitio ACI Prensa, lo primero que hay que señalar sobre el santo -más de dos mil templos llevan su nombre alrededor del mundo- es que fue un personaje histórico, real, no obstante su vida ha quedado, para bien o para mal, envuelta en cierto manto de leyenda.
San Nicolás de Bari ha servido de inspiración para la popular figura de Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás, personaje legendario que lleva regalos a los niños la noche de Navidad.
Dicha inspiración radica probablemente en el conocido desprendimiento del santo -eso de hacer regalos- y su preocupación por el bienestar de los más frágiles, entre los que están los niños de ayer y de hoy. Esas actitudes y que su fiesta se celebre en Adviento parece que hicieron el resto del trabajo.
San Nicolás de Bari nació en Licia, antigua provincia del Imperio romano ubicada en el actual territorio de Turquía, alrededor del año 270. Sus padres eran cristianos y participaban activamente de la vida de la Iglesia. Ambos solían ayudar a enfermos y menesterosos. Lamentablemente, cayeron enfermos durante una epidemia y murieron dejando a Nicolás en la orfandad, aunque amparado por cierta fortuna.
Al descubrir el llamado de Dios a consagrar su vida, Nicolás repartió sus bienes entre los pobres y pidió ser admitido en un monasterio. Años después sería ordenado sacerdote. Como tal, inició un viaje de peregrinación a Egipto y Palestina con el propósito de recorrer las tierras por donde vivió el Señor.
A su regreso se estableció en la ciudad de Myra (Turquía), en momentos en los que se debatía intensamente la elección del nuevo obispo local. Los sacerdotes y diáconos de Myra, gracias a su buena reputación, se inclinaron por poner en el cargo al recientemente llegado Nicolás.
Muy pronto las circunstancias dieron un giro dramático cuando se desató una nueva persecución contra los cristianos. Nicolás, que ya había mostrado gran diligencia en el cuidado de las almas, terminaría apresado, hasta que la reforma del emperador Constantino entró en vigencia en Myra.
San Nicolás murió un 6 de diciembre, no se sabe con seguridad si del año 345 o 352.
En el siglo VI, el emperador Justiniano construyó una iglesia en Constantinopla en su honor, y su devoción se hizo popular en todo el mundo cristiano.
En 1087 sus restos fueron rescatados de Myra, y llevados a Bari, en la costa adriática de Italia. En la iglesia de esta ciudad italiana reposan sus restos hasta hoy.